Hasta 1945 sus padres eran héroes nacionales. Después de la derrota alemana, pasaron a ser criminales de guerra. Los hijos de Himmler, Göring, Hess, Frank, Bormann, Hess, Speer y Mengele vivieron durante el Tercer Reich rodeados de privilegios bajo la protección de padres todopoderosos. Desconocían los crímenes que habían cometido estos, pero años más tarde descubrirían su responsabilidad en los mismos. ¿Qué relación mantuvieron estos hijos con sus padres? ¿Cómo vivieron con un apellido que es sinónimo del horror? ¿Cuánta responsabilidad por esos crímenes se transmitió a los descendientes?
Tania Crasnianski intenta responder a estos interrogantes en su primer libro: «Es muy difícil para los hijos juzgar a sus padres. Nos falta distancia y objetividad frente a quienes nos trajeron al mundo y nos educaron. Cuanto más grande es la proximidad afectiva, más complicado es el juicio. De la adhesión al rechazo total, ¿cómo vivir con el pasado familiar, cuando es tan horroroso? Las posiciones adoptadas por los hijos de esos dignatarios nazis fueron, en algunos casos, diametralmente opuestas y en otros, iguales a las de sus padres: pocos de ellos fueron neutrales.»
A través de la profunda investigación de actas judiciales, cartas, libros, artículos y entrevistas relativas a la intimidad de los dirigentes nazis y de sus descendientes, Crasnianski traza la realidad de estas vidas. La mayoría de los hijos de dignatarios nazis no se cambiaron los apellidos, aunque estos les resultaran molestos. Algunos, como los hijos de Albert Speer o de Martin Bormann, llevan el mismo nombre de pila que sus padres. Matthias Göring, sobrinonieto de Hermann Göring, dice que le gusta su apellido; otros sostienen que el apellido que heredaron no tiene importancia. En cuanto a Gudrun Himmler y Edda Göring, están orgullosas de su patronímico y veneran a sus padres.
Traducida a siete idiomas, Hijos de nazis refleja con rigor, veracidad y franqueza los pensamientos de aquellos que convivían con los perpetradores del conflicto bélico más terrible del siglo xx a través de crudos testimonios e historia inéditas repletas de responsabilidad, culpa o, incluso, aceptación.
Tania Crasnianski, nacida en Francia y de madre alemana y padre ruso-francés, es abogada criminalista y actualmente forma parte del Colegio de Abogados de París. Su vida trascurre a caballo entre Alemania, Londres y Nueva York. Hijos de nazis es su primer libro.
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