Chufo Lloréns es un personaje muy singular, dedicado al mundo del espectáculo. Tenía una sala de fiestas en Barcelona denominada Don Chufo y fue guionista de José Luis Moreno y de Mari Carmen, la de sus muñecos; muchas veces nos hemos reído con doña Rogelia o con Macario sin saber que los muñecos interpretaban un guión de Llorens. También fue socio de Moncho Borrajo y conjuntamente idearon muchos espectáculos que nos hicieron reír, pero también pensar. Si no llega a ser por su mujer, a lo mejor no se hubiese dedicado a escribir novelas. Ella le picó en reiteradas ocasiones diciéndole: “¿no dices tú que eres escritor?, pues haber si lo demuestras”. Tanto fue el cántaro a la fuente que con cerca de 60 años de edad comenzó a escribir sus novelas. Las primeras fueron publicadas por Ediciones B, pero no supieron ver su potencial y hastiado decidió cambiar de editorial y recalar en Random House Mondadori, que desde el primer momento apostaron por él. En la actualidad están reeditando sus primeras obras. Su señora se hizo su agente, abandonó su trabajo y decidió llevar personalmente su carrera. Un acierto total.
En Mar de fuego la aventura continúa. Martí Barbany se ha consolidado como uno de los personajes más acaudalados de Barcelona, la condesa Almodis de la Marca y su esposo el conde de Barcelona, Ramón Berenguer I, le tienen como uno de los pilares del condado y le honran con su confianza y amistad personal, hasta tal punto que, aun no siendo noble, le comisionan como embajador ante Roberto Guiscardo de Sicilia.
Aparece en la novela su hija, primero como niña, después como una madura adolescente y, finalmente, como mujer. Y cómo no, enamorada del primogénito del Vizconde de Cardona. Además, hay otros personajes fundamentales en la novela, los hijos de los condes de Barcelona, el enigmático Bernabé Mainar, miembro de una extraña orden cuyo único móvil es la venganza contra Barbany y el arcediano padre Llobet, amigo de éste.
Y muchos más protagonistas, que conforman una novela coral, en la que varias tramas se desarrollan en paralelo y en donde al final todo queda resuelto, sin ningún hilo al azar. Para ello se ha basado en un concienzudo estudio histórico: suele tardar más de un año en investigar y documentarse y otros dos en escribirlo. La investigación de Te daré la tierra fue tan fecunda que le ha dado para dos libros y, si quisiese, para otro más pues historia hay. Pero ya ha decidió zanjar su periplo por la Barcelona de la segunda parte del siglo XI.
Parte de la trama versa sobre los acontecimientos históricos de la descendencia de Ramón Berenguer I y su extraña decisión sobre su sucesión. Los visigodos solían nombrar sucesores a los más capaces y no querían que la monarquía fuese hereditaria, esto les acarreó numerosos problemas de traiciones; la esposa del Conde era de similar opinión, pero él optó en su testamento por una opción que dio muchos problemas al condado y que no contaré para que lean el libro.
Lloréns capta a la perfección el modo de vivir del siglo XI, su aroma, su esencia. La refleja en las descripciones de la ciudad, de los viajes y, por supuesto, en las descripciones de los trajes de la época y de la psicología de los protagonistas. Su escritura es una radiografía del modo de pensar y de la personalidad de todos ellos. Muchos tipos son reflejados de manera concienzuda. El cura de costumbres relajadas, las servidoras o esclavas de las casas de lenocinio, los instigadores contra los gobernadores, la nobleza, los servidores, etc.
En la novela hay acción, hay torneos, hay luchas contra piratas, viajes, una bonita historia de amor adolescente, hay intrigas para hacerse con el poder, hay venganzas y acción, mucha acción y todo con un lenguaje culto, con el sabor de la época que retrata. No sabemos cómo se expresarían por aquel entonces. La nobleza y el clero en latín, los habitantes de la villa en incipientes lenguas romances, pero el estilo con el que lo escribe y describe Lloréns debe de ser muy parecido a cómo fue.
Su prosa poética, sus metáforas preciosistas, sus circunloquios, que en ocasiones los mismos protagonistas le dicen no divaguéis e id al grano muy de la época, conforman una novela de una calidad exuberante pero a la vez reposada, donde se juntan la violencia más cruda con los rezos del clero. Es pues una obra, que no arriesgaré si digo que, probablemente, sea el bombazo editorial del año y la verdad es que Chufo Lloréns, por su bonhomía y por su calidez personal se lo merece.
Es una novela imprescindible para conocer la Baja Edad Media barcelonesa. Para acabarcitaré lo que el autor dice del protagonista, que muy bien podríamos decirlo de él mismo: “Martí, todo ecuanimidad, todo corazón, entiende lo que el corazón decide y la razón desaconseja”. El corazón y la razón aconsejan que lean este libro.
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