“Es posible que la muerte de Diana fuese oportuna para mucha gente, de ahí que la posibilidad de que no se tratara de un fatal accidente, sino de un asesinato, cobra fuerza en sí misma”, argumenta Concha Calleja.
En las páginas de este libro, la periodista va desvelando: mentiras en torno al accidente; hechos ocultados, como su incineración sin realizarle la autopsia correspondiente; documentos inéditos, como su testamento o nuevos interrogantes que rodearon a la muerte de la princesa, así como las posibles personas implicadas.
Asimismo, asegura que en el funeral, seguido por sus hijos y más de dos millones de personas por las calles de Londres y por televisión, el féretro estaba vacío y todo fue un “escaparate” y una “cortina de humo” para ocultar las verdaderas causas de su muerte.
Como partes implicadas en su fallecimiento, al estilo de un verdadero thriller de intriga, Concha Calleja apunta la intervención de los servicios de inteligencia británicos y franceses, y la implicación del chofer que conducía el Mercedes el día su muerte, Henri Paul, como posible informador reclutado por el MI6 (agencia de inteligencia británica).
En este sentido, la periodista incluye en este libro la declaración del ex agente del MI6, Richard Charles Tomlinson, quien en su declaración ante el juez afirmó haber pertenecido al M16 y proporcionó una lista abierta de 116 espías británicos, incluyendo información privilegiada de cómo Diana de Gales era espiada por el MI6.
En este texto, presentado al juez, el ex espía relata cómo hubo un intento frustrado de atentar contra la vida de Milosevic, idéntico a como pudo suceder con la princesa Diana en la que un fogonazo de una pistola de luz estroboscópica, un dispositivo que es utilizado ocasionalmente por fuerzas especiales, podría deslumbrar al conductor de cualquier vehículo. Testigos presenciales del accidente en Francia afirman haber visto dicho fogonazo.
“Estoy absolutamente seguro de que hay pruebas sustanciales en los archivos del MI6 de su implicación en los acontecimientos que condujeron a la muerte de la princesa de Gales, Dodi Al Fayed y Henri Paul, y que serían cruciales para establecer las causas exactas de esta tragedia”, alega en su declaración Richard Charles Tomlinson.
“SI ME PASA ALGO, EL CULPABLE ES EL DUQUE DE EDIMBURGO”
En esta misma línea, Concha Calleja subraya las numerosas ocasiones en las que la princesa se sintió amenazada tras entrevistar a personajes muy cercanos a ella como Mohamed Al Fayed, padre de Dodi ,o James Hewitt, uno de los primeros amantes de la princesa.
En la entrevista que Mohamed Al Fayed concedió a Concha Calleja, incluida en el libro, el padre de Dodi asegura que Diana, antes de morir, ya temía por su vida y advirtió que si le pasaba algo, el culpable era Felipe, duque de Edimburgo, ayudado por la inteligencia británica.
“El conductor del vehículo en el que ellos viajaban trabajaba para el MI6 y la inteligencia francesa. Fue fichado por el MI6. Nadie lo sabía y era un agente de seguridad del hotel Ritz, de París, reclutado por el MI6 para cometer este complot, conducir el coche, entrar en ese túnel, que realmente es peligroso. Es una historia tremenda, pero yo me la creo”, relata el dueño de los almacenes Harrod's.
“No querían que los príncipes William y Henry pudieran tener un hermano o una hermana de una raza diferente. Es realmente increíble. Es una locura que ellos sigan viviendo en el pasado y que se crean que están por encima de la ley, que son gente diferente y que pueden hacer lo que quieran. Lo que me han hecho a mí y a la princesa Diana no voy a dejar que quede impune”, advertía Mohamed Al Fayed.
En este sentido, Concha Calleja asegura también en su libro, que tuvo acceso los informes de Anestesiología y Reanimación franceses en los que figuraba, entre otras cosas, el posible embarazo de la princesa, con un estado de gestación que oscilaba entre las 9 y 10 semanas.
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