Inmensas colas se alternaban con colas de a uno. Muchos escritores veían pasar impertérritos a los lectores mientras ellos departían con libreros o algún amigo que quería hacerles compañía ante la soledad. Los escritores que más firmaron han sido los de siempre. Los lectores tienen sus ídolos y pocas veces los cambian. Eso sí, algunos se incorporan a ese Olimpo, tales como Fernando Aramburu que, posiblemente, no había firmado tantos libros en su vida. Una gran incorporación a la nómina de escritores consagrados.
Además, hemos tenido nuevas incorporaciones sorprendentes. Lo que ahora llaman la nueva poesía ha arrasado en la Feria madrileña, Escritores como Loreto Sesma, Marwan, Patricia Benito, Miguel Gane, Zahara o Luis Ramiro se hincharon a firmar libros para la gente cuqui. Otros como Luis Zueco, César Pérez Gellido o Alexis Ravelo mantuvieron un buen ritmo de firmas ante lectores que se abanicaban con lo que podían. Y otras, como las dos componentes del dúo Margarita Melgar recurrían a invitar a sus lectores a gazpacho o a vermut para atraerlos, y no sólo su literatura.
Hacía tiempo que no pasaba tanto calor como este fin de semana en la Feria, justo desde aquel lejano día que por equivocación me metí vestido con ropa de esquiar en la sauna filandesa de un hotel de la paradisiaca población austriaca de Hinterglemm. Creo, pese a todo, que el calor pasado mereció la pena porque pude hablar con algunos de los escritores más importantes de nuestra celtibérica península. Pero a fuer de ser sincero, tendré que decir que con quien más disfrute fue con Dolores Redondo.
Conocí a la autora donostiarra hace ya cuatro años. Acababa de sacar en enero de 2013 su thriller “El guardián invisible”, que ya ha sido adaptada al cine e, incluso, al cómic; y que aunque parezca extraño no es su primera novela, ese mes de junio pocos la conocían. Yo, desde luego, no. Pero, gracias a su inseparable jefa de prensa, Alba Fité, pudimos compartir una comida en el Círculo de Bellas Artes. Ya aquel día me sorprendió por su calidez y originalidad pero nunca creí que pudiese conseguir todo lo que ha conseguido en tan poco tiempo.
Durante estos cuatro años he coincidido con Dolores Redondo en varias ruedas de prensa, en la Semana Negra de Gijón, en el Premio Planeta y la he entrevistado, al menos, en tres ocasiones. La última a raíz de la concesión del Premio Planeta. Curiosamente ésta, creo, es la mejor entrevista que la he hecho hasta el momento. En ella me dijo, y así titule la entrevista, “mi objetivo es seguir creciendo como escritora”. Pues bien, no sólo ha crecido como escritora, también lo ha seguido haciendo como persona. Y ahora se la nota más porque ha perdido aquella timidez de la escritora neófita.
Dolores Redondo es sencilla, cercana y simpatiquísima, además de una gran trabajadora. El último sábado de la Feria lo demostró al querer reunirse con un grupo de blogueros para hablar de todo menos de literatura. En la reunión que organizó la jefa de prensa de Ediciones Destino estuvieron presentes tres de las más inteligentes blogueras de la capital, responsables de los blogs “De lector a lector” y “Entre mis libros y yo” y como en toda fiesta, alguien se coló, ya lo cantaron Mecano en sus tiempos, y ese alguien fue el que firma esta crónica. Un bloguero perdido entre tantas fantásticas y bellas mujeres, que desentonaba más que un esquimal en el desierto del Sahara y que apenas atinaba a hilar una frase coherente. Aun así, la tarde fue inolvidable y esperemos que se pueda repetir en más ocasiones.
Entre tanta firma, Dolores Redondo tuvo tiempo para darnos un máster de humildad, de humor y de humanidad. Se mostró agradecida y agradable. Nos contó sus planes de promoción de “Todo esto te daré” por Latinoamérica y de la trilogía del Baztán por todo el mundo. Ahora comenzará su gira americana pero, también, irá a Europa a presentar las nuevas traducciones, en distintos idiomas, de Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta. Sus ventas se van a multiplicar casi hasta el infinito gracias a estas traducciones. Pero, tanta promoción, tiene un lado negativo para sus lectores. Va a tener menos tiempo para escribir, lo cual, para sus seguidores, entre los que me encuentro, es un revés porque queremos más historias de Amaia Salazar o de lo que a ella se le ocurra.
Afortunadamente, este año hemos podido disfrutar de su nuevo libro, de la adaptación de su primera película, de la adaptación en cómic de "El guardián invisible" y de su presencia en la Feria que espero se convierte en costumbre por muchos años.