Me gustaría empezar diciendo que ojalá hubiera más gente como Carlo Padial en el mundo pero me da miedo decirlo porque no sé si eso sería realmente un beneficio o un peligro para los demás. Todos tenemos heridas, todos tenemos taras, pero pocos son capaces de mostrarlas, de no camuflarlas, de hablar de ellas o, incluso, de mofarse de ellas. Carlo Padial es capaz de eso y de mucho más. Por eso me da miedo. Nos lo muestra en sus vídeos de Internet continuamente – de los que me declaro fan – y nos lo muestra, también desde ahora, en este libro confesional que es "Doctor Portuondo", publicado por Blackie Books.
Es inevitable decir que nunca sabes qué es lo real y lo que no cuando es Padial el que habla y estoy seguro de que la gran mayoría de reseñas del libro darán cuenta de ello. Pero también pienso que no creo que sea necesario intentar separarlo, intentar estar seguros de cuánto hay de ficción en este libro, intentar descubrir dónde nos está mintiendo el autor. En definitiva, podemos estar leyendo una mentira y creérnosla y yo ahora poder estar hablando de esa mentira a través de otra mentira y los lectores de esta reseña estar creyéndosela. ¿No es eso la vida? En Doctor Portuondo, Padial nos cuenta su experiencia con el psicoanálisis a manos del excéntrico psicoterapeuta cubano Juan Antonio Portuondo, un fanático de Freud y ex boxeador capaz de atacar a sus pacientes si la terapia lo pide o él cree que lo pide. A partir de una infancia traumática con unos padres demasiado centrados en el cuidado de las fiestas de fin de semana en su piso, Padial encuentra en el psicoanálisis – y un poco también en Tupac –el salvavidas a su zozobra interior, a su misantropía, a su renegación de lo social, a su niño estancado.
En Doctor Portuondo nos encontramos a un Padial que habla de frente, sin ningún tipo de defensa, sabedor de que es capaz de culparse a sí mismo de muchas cosas sin sentir ningún tipo de bloqueo al escribirlo. Incluso podemos llegar a ver juegos narrativos curiosos como el paso del tiempo pasado al presente en la voz narrativa tras la muerte de Portuondo. Hace poco leí una frase promocional de un libro de Goytisolo que decía algo así como que te ibas a reír mucho leyéndolo pero que tuvieras cuidado porque seguramente, tras esa risa, encontrarías restos de sangre en la comisura de tus labios. Pues eso mismo se podría decir de este libro, una obra que te hace reír usando el característico humor de Padial – esa extraña cosa que él hace y que algunos han querido llamar posthumor – a la vez que sientes que la risa proviene de algo bastante trágico y que no es más que su propia vida. Interesante, divertida y maldita.
Me acuerdo, tras haber leído este libro, de tantos otros que tratan la tristeza del modo más oficial posible y me reconforta saber que todavía hay gente que juega con las formas, que convierte géneros, temas, tópicos, que los metamorfosea. Doctor Portuondo es la historia (¿o histeria?) de Carlo Padial desde su necesidad de terapia hasta su necesidad de abandonarla, tratado todo desde su propia perspectiva y mezclado con todo lo que él ha querido añadir o modificar de la realidad. Un libro divertido hasta que se demuestre lo contrario, la antesala de “algo muy gordo” que vendrá con Padial en los próximos años, el pasillo recibidor a lo que es este extraño hombre, el PowerPoint de presentación de su destartalada y por ello más que interesante cabeza. El Carlo Padial de aquí es el mismo que el de Playground, que el de APM?, que el de cualquier sitio o medio. Y ojalá siga así. Por lo menos por y para mí. Leedlo.
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