“Me dedico a temas audiovisuales, soy realizadora y montadora, pero siempre he dibujado como hobby. Mi primer libro fue un bestiario titulado Aves metropolitanas. Siempre he estado habituada a contar historias”, nos dice autora nada más comenzar la entrevista. En estos momentos, ya tiene un par de ideas para nuevos libros, aunque todavía no sabe por cual definirse.
El escribir un libro sobre un gato y su dueña se debe a lo mucho que le encantan los videos de gatos y el éxito que tienen en las redes sociales. “Este libro es diferente al primero que hice. Es más narrativo. He querido hacerlo similar a las tiras cómicas o viñetas de Mafalda o Snoopy”, apunta. En esas viñetas dibuja su relación con los gatos, más concretamente con su gato. En unas ocasiones lo que cuenta se basa en acontecimientos reales y en otras son totalmente inventadas.
“La novela gráfica es un monólogo donde el gato Coco es testigo de un drama existencial”, señala con humor. El gato está presente durante toda la novela. “Es un gato negro, su color es muy estético y atractivo. En mi casa siempre está esa mancha negra, en la novela, también”, indica. Toda la novela gráfica es en tres colores. El blanco, el negro y el color mostaza. “Me pareció bien incluir otro color en las viñetas”, expone. Es un color que rompe la monotonía y da un toque elegante a los dibujos.
Para Eire, como la llaman sus amigos, “los gatos ofrecen compañía, a veces son cariñosos. En otras ocasiones son divertidos sus comportamientos y creo que es un buen baremo de cómo te encuentras tú personalmente, de cómo te sientes”, revela la artista gráfica que se define como muy sociable por su profesión pero con un mundo interior muy rico. Algo que podemos ver en las páginas de su libro. “La creación artística requiere soledad pero, también, sociabilidad. Cómo vas a crear si no tienes un mundo interior”, se pregunta.
Su libro está repleto de escenas jocosas y diverrtidas. “Cada vez concibo menos que no haya humor en las cosas. Cada página tiene algún gag. Al fin y al cabo, yo quería reírme de mí misma. El resultado ha sido que, ahora, me llevo mejor con mi gato”, nos descubre. En casi toda la novela aparecen continuamente los dos protagonistas, sólo tangencialmente aparecen el novio de Adelaida y H, un curioso robot galáctico. “H ya estaba antes de escribir la novela”, nos descubre. Y da un toque de ciencia-ficción muy curioso.
El formato de la novela es de cuatro viñetas por página y de vez en cuando, aparece una única viñeta en una página, siguiendo un orden determinado. “Yo quería que el libro guardase un orden simétrico, como el ying y yang, que se complementase”, explica con seguridad.
En su opinión, la editorial ha hecho una gran labor en la edición del libro. “Todo han sido facilidades. Quería que el acabado de la obra tuviese un punto artístico y artesanal, con un toque evocador y poético. He conseguido que mantengan la mancha y la acuarela en todo el volumen, lo cual da otra dimensión a las páginas del cómic. Gracias a eso, el libro destila un toque personal y artesanal. La tecnología digital está muy bien pero siempre queda algo fría”, explica con minuciosidad esta joven artista venezolana que llegó a España con tan solo diez años.
Eire cree que ahora se están editando muchas novelas gráficas porque “el libro como objeto tiene mucho más valor”, subraya, también estima que “las redes sociales están favoreciendo mucho el humor gráfico. Es mucha la información la que se maneja es internet y a todos nos llegan el trabajo de muchos artistas”. La tecnología está ayudando a este boom de la novela gráfica, en la mayoría de las ocasiones, la obra se desvirtúa, no ha sido en el caso de “Adelaida & Coco” en la que se nota ese toque artesanal que ha querido imprimir Irlanda Tambascio que también tiene unas palabras de crítica para el mundo en el que habitamos. “Vivimos demasiado acelerados”, concluye. ¡Que mejor que leer para saborear el encanto y la placidez de la vida!
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