En el recital de poesía se podrán ver también, expuestos, los poemarios originales, hechos a mano con cueros y herrajes por la autora y por su esposo, Jose Miguel Perales, quien la introdujo en el arte de la encuadernación al estilo antiguo. La antología abarca de 1996 a 2014 y reúne 3 cuadernos de versos, prologados por el poeta Blas Muñoz Pizarro, también valenciano. Blas Muñoz (Premio Nacional José Antonio Torres), con su gran maestría, nos entreabre el abanico técnico de figuras que nutren los versos de Zapater, de una escritura activa más allá del habitual uso.
Es la primera vez que Zapater presenta este denso poemario, pero también la primera en que nos trae poesía en un acto público, «quitando el comodín del micrófono radiofónico», según confiesa. Esta periodista nos ha ofrecido relatos, novela, soflamados artículos y hasta teatro radiado, pero, pese a ser la poesía el primer género que cultivó, y al que regularmente continúa prestando oído, hasta ahora no había previsto recitar ante un aforo.
A lo largo de sus 210 páginas nos esperan más de 2.500 versos, por lo que comprobamos que en Sol de hastío hay algo más que una precocidad explícita y prolija o un camino pertinaz que nos lleva siempre a la belleza: hay una tabla de salvamento a flote, de necesidad vital empedernida. La voz mimada de las letras, que le llegan (de acuerdo con Juan Antonio Tomás) «como caídas del cielo», es lo que degustará el lector que se adentre, no sin iniciación, en esta rica desmesura. Desmesura que, no obstante, está hecha como «un traje a medida del instante», como ella dice, fiel a una métrica no siempre fácil de conseguir. Flores, bestias, héroes mitológicos, marismas, unas gotas sobre un tendedero... Cualquier detalle o grandeza es susceptible de encajar en sus poemas, que van de las formas más clásicas (liras, sonetos, décimas) a otras más cercanas, como las silvas, donde introduce llamativas variantes.
«El plano del significante (al que dota de sentido) le importa más que el de la significación, siempre existente pero no siempre facilitada. Cuando algunas de las referencias quedan lejos del lector, puede aparecer el hermetismo», concluye Blas Muñoz. En efecto, los mensajes no pocas veces resultan ambiguos o crípticos, sacrificados en nombre de la forma, que parece prevalecer sobre el significado: «Y tomarás mi mano / aun sin tomar mi cuerpo, / sin importarte qué sentido tenga / esta carne hecha verbo / mientras sea sentido», dirá Zapater en uno de sus poemas.
De acuerdo con Blas Muñoz, llama la atención de esta poeta la intensidad con que combina recursos estilísticos. Juegos de palabras (llega hasta la transformación de frases hechas), rimas internas, onomatopeyas... se entretejen con metáforas bellísimas. María Jesús Zapater trabaja el verso «como un orfebre medieval, igual que trabaja, embelleciéndola con sus propias manos, la realidad cotidiana que la rodea: ropa, muebles, complementos, bolsos, libros, joyas... que ella misma confecciona y, sobre todo, embellece con los materiales más diversos que la naturaleza misma le brinda», afirma Blas Muñoz.
Para este filólogo y poeta, Zapater es el arquetipo de la voz que se aleja de las «capillas literarias» para seguir su trayectoria solitaria de «insobornable independencia». Esta autora sólo tiene ojos para pulir esa especie de conciencia que en la intimidad desentierra aciertos, «redomas que, allá dentro, en nuestro más sensible fuero (afirma Zapater), parece que nos suenan, y que muy pocos comprenden».
Zapater destacó en prensa por sus artículos de opinión. Fue la columnista más joven de la historia de la redacción valenciana. En 1998 fue premiada por la Consejería de Bienestar Social en su certamen sobre barreras arquitectónicas al escribir unos reportajes y artículos sobre la Casa Museo de Blasco Ibáñez y la UPV. Quedó finalista del I Certamen Internacional de Poesía Mariano Sorribas, entre otros, y sus versos se publicaron por la editorial Boreal en un volumen conjunto de autores.
Son también obras de esta autora la novela Felio, prologada por el director de cine Javier Barajas (premiado en Nantes por el documental Una esvástica sobre el Bidasoa), Obertura en resol (poemario que en Sol de hastío se incluye, íntegro) y En la flor de la rambla (relatos fantásticos).
Como botón de muestra, he aquí una lira que lleva por título el del mismo libro, Sol de hastío.
SOL DE HASTÍO
Exprimiendo la tarde,
por ti bebo los vientos y el jazmín,
que hierve. Así tu alarde
(espuma en mi jardín)
me deje un poso de belleza, al fin.
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