Manuel Ríos San Martín reunió en una tarde de viernes a un nutrido grupo de blogueros. Ahora, los blogueros suelen ir de la mano a las presentaciones de los libros. El guionista de Globomedia y de otras más productoras nacionales supo meterse desde el minuto 0 a todos en el bolsillo. Le acompañó en esa labor su editor Iñaki Nieva que le conoce a la perfección y ha sabido mejorar la novela desde una primera versión más adelgazada.
“Manuel puso su novela a la venta por Internet. Nosotros la leímos y quisimos publicarla de inmediato”, dice el editor con tono profesoral. Manuel más acostumbrado a torear con periodistas y blogueros terminó de contar su alucinante historia. “A las semana, la editorial del pingüino se puso en contacto conmigo y me dijo que quería publicar mi novela y que la retirase de internet”, recuerda el escritor, precisamente ahora que nuestros Mortadelo y Filemón hacen las maletas y se van a las islas Británicas, esperemos que no sea para defender el peñón o pensándolo mejor, sería conveniente que les confiasen la defensa del mismo.
Retiró la novela inmediatamente, pero el proceso no iba a ser sencillo. Desde la editorial, le sugirieron unos cambios en el thriller para dar más solidez al texto. “Modifiqué cosas y engordé en unas ochenta páginas el manuscrito original. Ahora, creo que ha quedado todo más hilado”, expone alegre. Precisamente, en un mundo en que todos quieren adelgazar. Las novelas han de engordar. ¡Y no es el primer caso!
“Círculos” es un thriller policiaco que se desarrolla en Londres, “no lo he querido localizar en España para que no parezca que hablo de alguna cadena de televisión española”, subraya. A mí me pareció que Tele Circo se asemejaba mucho a lo que contaba, pero debió ser impresión mía. Y sucede en un futuro que debe de estar tan cercano que casi parece el futuro de pasado mañana.
La investigación que se desarrolla en la novela, si es el inspector que sale en la portada del libro quien la dirige le pediré un décimo para la lotería de Navidad a ver si por fin me toca algo, es sobre un participante de un concurso de televisión que muere en una de las pruebas que tiene que realizar. La investigación, que duda cabe, se va complicando cada vez más. Su experiencia como guionista de la tele le ha valido precisamente para mejorar esa característica.
“La experiencia de guionista me ha valido mucho. Lo que he escrito es algo que no podría escribir para TV. Allí todo es más light y no se pueden tocar ciertos temas. Como novelista tengo mucha más libertad que como guionista”, desgrana con pasión ante unas rendidas blogueras este guionista que reconoce que sus escritos están muy estructurados y trabajados, tanto que llega a enfadar a algunos lectores por lo que cuenta y como lo cuenta. “Creo que lo que he escrito se asemeja mucho a la realidad. Me dicen que lo que he narrado del futuro ya está en el presente”, glosa divertido.
Como guionista, está acostumbrado a manejar varias tramas y en alargar hasta el infinito las mismas. “La novela abre varios focos y se tarda bastante en conectarlos”, reconoce. Además, se preparó a conciencia para escribir la novela. “Hice varios cursos de criminología, sobre todo de ciberdelincuencia y allí me di cuenta que el futuro está aquí ya”, expresa con pasión. Algunos de los pasajes de la novela, los ha sacado de la realidad como el de los piercings en el metro. “Creo que la gente que sufre mucho necesita la violencia para distraerse de su dolor”, opina.
La epidemia que estamos sufriendo de guionistas que se pasan a la novela está adquiriendo unas proporciones preocupantes. Manuel Ríos San Martín se defiende con estilo. “Los guionistas cumplimos los plazos, no nos enfadamos por hacer modificaciones al texto, escribimos rápido y tenemos una visión global de las novela”, desgrana con precisión. No creo que haya querido decir que los novelistas son todo lo contrario, pero ha dicho cosas interesantes. Además, añade “muchos guionistas tenemos historias que no nos compran en la tele y tenemos que darlas salida”.
Manuel Ríos San Martín cree que la televisión vive del morbo, “cuando más morbo, más espectadores. Aunque, termina cansando”, refiere. Ya hay programas morbosos del viernes noche que han salido quemados de la parrilla. “Lo que yo he querido hacer en la novela es reflexionar sobre lo que estamos haciendo en la actualidad y hacia dónde vamos. Nuestro mundo está demasiado manipulado y habría que cambiarlo”, concluye con acierto este guionista-escritor que, no sé por qué me da que va a tener una larga carrera literaria. Así que mejor que deje los guiones y se dedique a la literatura. No es lo mismo comer una hamburguesa que un buen solomillo de ternera.
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