Como ya dijimos en cierta ocasión, protagonista y autor comparten muchas características, ambos son burgaleses, les gustan los deportes y alguna que otra cosa más, que es mejor no desvelar. Todas las semanas Leandro Pérez viaja hasta Madrid por motivos laborales y permanece uno o dos días para reunirse con su jefe y amigo de la web que dirige con acierto, Arturo Pérez Reverte, www.zendalibros.com.
Cuando empezó a escribir sobre Juan Torca no pensó en hacer una trilogía ni nada parecido, de hecho, tiene pensado material para unas siete novelas, dos ya publicadas. “Leo noticias en los periódicos y pienso que algunas de esas noticias pueden ser tramas para una novela de Torca. Mi protagonista es un personaje muy madrileño, pero podría llevármelo a Bilbao o Burgos, por ejemplo”, dice en la conversación que mantuvimos en la cafetería de un conocido hotel de la Gran Vía, que es escenario fugaz en ambas novelas. “Estamos en el terreno de Torca, alrededor de la Gran Vía”, especifica el autor de "Las cuatro torres".
Torca aunque no es un detective, en esta novela realiza una investigación, ayudado por sus compadres del ejército, a raíz de un trabajo que estuvieron a punto de encargarle, matar a una joven gibraltareña y arrojarla al Manzanares con unos zapatos de cemento. Aquí su vena futbolística le sale irremisiblemente. “Fui a pasear por el Manzanares para encontrar un lugar donde arrojar a la joven y escogí uno cerca del campo del Atleti, casualmente un mes después tiraron a un hincha del Coruña unos ultras en ese mismo lugar. Debñio ser porque en Madrid hay pocos sitios con agua”, cuenta el escritor y periodista burgalés. La novela está trufada de guiños a su primera novela.
La novela transcurre en tan sólo siete días, en ese tiempo se resuelve el caso. “Me pareció un número ideal para no dilatar la trama”, indica el escritor burgalés. Además, introduce una nueva característica a su forma de narrar. La novela está escrita en tercera persona, como la anterior, pero añade unos textos en primera persona que son los diarios de Madalaine Cruz, la hermana de la asesinada. “Que serán fundamentales para la resolución del caso. Pesó mucho en mi, la decisión que querer introducir una voz más en la novela para que fuese algo distinto a la primera entrega”, adelanta sin querer decir nada más, lógicamente. También introduce, sobre todo al comienzo de la novela, varios flashback, “Creo que ayudan a entender el por qué de lo sucedido y es una llamada de atención al lector”, expone.
El virus de la ficción se ha inoculado profundamente en Leandro Pérez. “La literatura es una labor muy compleja donde se sufre tanto como se disfruta. Hay que dedicarla muchas horas, no todas las que me gustaría porque tengo otras ocupaciones”, señala. Hay que recordar que dirige la agencia Tres Tristes Tigres y, por supuesto, Zendalibros.
Sin embargo, “el proceso de escribir la nueva entrega de Torca ha sido más entretenido que la primera. Cuando Torca apareció era una persona sin raíces, no sabía lo que iba a ser de su vida. Ahora, está asentado en Madrid y tengo que dar menos explicaciones sobre su vida o forma de ser”, explica parsimoniosamente y añade “sigue siendo un tipo solitario, amigo de sus amigos, una persona fiel a ellos, quizá cuando se tiene una profesión como la de militar, esa característica se acentúa”.
Leandro Pérez cuando escribe sus novelas procura no caer en tópicos y le gusta montar una trama verosímil que haga que el lector siga leyendo sus textos. “Mi intención ha sido escribir una historia sobre Gibraltar, no contra Gibraltar. He querido mostrar escenarios del peñón que no son muy conocidos”, puntualiza. Y ha utilizado a una sirena en el título porque “Las sirenas seducen a los marineros”, apostilla. Parece ser que todo le empujó hacia Gibraltar, “tiene un punto muy distinto a su entorno. Parecen que viven anclados en un pasado cercano, años cincuenta o sesenta, algo que le ocurre también a Cuba, por otra parte”, explica con absoluta certidumbre.
“El amor y lo que ocurre después son los motores de nuestras vidas. No hay venganza sin amor”, menciona ya que la novela no deja de ser la historia de una venganza que, claro está, no vamos a desvelar. Lo que sí podemos decir es que “La sirena de Gibraltar” es una novela negra muy dinámica, muy rápida, todo sucede a un ritmo vertiginoso y la constricción del espacio temporal ayuda mucho”, desmenuza con criterio y agrega “el caso me pedía ser más directo; el cuerpo, también”.
Terminamos la entrevista hablando sobre el futuro de las publicaciones literarias. “Vivimos una situación paradójica, por un lado sigue habiendo una crisis evidente en el sector de la comunicación pero, por otra, cada vez hay más gente dedicándose a la profesión. Sí, es verdad, que hay un bajón en la calidad. Creo que se necesitaría reconvertir o transformar el sector. Hoy en día, la competencia es distinta a la de hace unos años pero yo sigo viendo la botella medio llena”, concluye Leandro Pérez. La botella sigue estando medio llena y si se vacía, llamaremos a Juan Torca para que nos la llene.
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