En su nueva novela también hay personajes que, más que molidos, terminan en las cunetas. En “Los milagros prohibidos”, Alexis Ravelo no hace bromas. Se ha vuelto más serio y mejor escritor. Alexis ha ido subiendo tres escalones desde que comenzó a publicar sus libros. En el primero están sus novelas negras que tienen por protagonista a Eladio Monroy. “Cuando escribí estas novelas era un auténtico gamberro”, reconoce entre risas el escritor canarión. Subió un segundo peldaño cuando publicó “La estrategia del pekinés” y las siguientes hasta “La otra vida de Ned Blackbird”, ahora vuelve a ascender un peldaño más con “Los milagros prohibidos”, su mejor obra hasta la fecha, la más seria, depurada, trabajada y con grandes dosis de sentimiento; donde el heroísmo cotidiano se sublima en aquellos alzados -republicanos- del comienzo de la Guerra Civil en la isla de la Palma.
“Este libro tiene un estilo muy diferente a los anteriores que he escrito. Hay una voz en tercera persona omnisciente que va dejando paso a la de los personajes. Y está escrita tal y como podrían haberla escrito alguno de los protagonistas”, cuenta Alexis Ravelo en los salones de su editorial madrileña, mientras tomamos un café más negro que el futuro de aquellos alzados palmeros. Parece que el escritor ha encontrado una editorial que no sólo está apostando por él si no que está editando sus libros, con éste son dos los publicados por Ediciones Siruela, de una manera exquisita, baste ver la portada del libro para darse cuenta.
La novela está dividida en seis capítulos que comienzan, cada uno de ellos, con los testimonios de unos ancianos anónimos que vivieron los acontecimientos que se narran en la novela. “Parecen que están hablando a un supuesto historiador, que no aparece, en los años noventa o principio de este siglo”, explica con su acostumbrado deje canario el autor y añade “he querido hacer algo parecido a lo que escribió Graham Greene en “El poder y la gloria” o Margarite de Yourcernar en “El tiro de gracia”, una historia que partiendo de lo más pequeño, sencillo y particular creciese hacia lo universal”.
Los hechos que ocurrieron en lo que conocemos como la semana roja de la Palma, nada más comenzar la Guerra Civil, “saca lo mejor y lo peor de cada individuo que participó en ella. No hubo apenas violencia y no se disparó ni un tiro. Todo cambio cuando llegó a la isla el general Dolla Lahoz que es cuando empiezan a cometerse auténticas barbaridades y carnicerias”, recuerda Alexis Ravelo en nuestra conversación. Su objetivo es contar unos hechos olvidados para así convertirlos en universales. “El amor y la muerte lo son”, subraya.
“Una historia es universal porque describe pasiones de las que todos somos víctimas o disfrutamos”, afirma con seguridad el mejor escritor canario de la actualidad y de parte de la península. “Con ello, lo que pretendo es que cualquier lector se sienta identificado con lo que sucede en la misma”, recalca.
La historia que cuenta Alexis Ravelo en “Los milagros prohibidos” le llegó por casualidad. “Se conoce lo que pasó en Gran Canarias y en las otras islas, pero no lo que aconteció en La Palma. Encontré un libro Salvador González Vargas donde contaba lo sucedido y en él describre a los que fueron los primeros maquis que hubo en España, ya el 25 de julio se echaron al monte. No había novelas sobre este tema así que me seguí documentando para escribir el libro. Aparte de la documentación histórica, también tuve que hacerlo en botánica, ya que hay muchas especies en la isla y quería describirlas”, desgrana el autor que cuando tiene unos días libres se va a La Palma a practicar el senderismo, para lo cual se aloja en casas rurales de la caldera de Taburiente.
Este paraje es uno de los más bonitos y exuberantes de España. “Me sirvió de gran manera porque quería hacer la reflexión, en el libro, de cómo un paraíso, para un fugitivo se puede convertir en un infierno, hasta tal punto que se hace cada vez más claustrofóbico según avanza la novela”, señala. Es la odisea que padece el protagonista principal, el maestro Agustín Santos. Pero la novela también contiene otras subtramas igual de interesantes, por ejemplo, retrata el mundo masónico de la isla de manera fiel e intensa.
“La literatura debe ser alegoría”
La huida de este profesor y la búsqueda que emprende un falangista conocido suyo al que le motivan otras cosas, que no tienen que ver con la política, y que el lector lo descubrirá cuando lea el libro, es una alegoría de la propia vida. “En ocasiones, la vida nos hace dar rodeos, en vez de ir directamente. Y ese es precisamente el camino de la literatura. Lo más importante es lo que no se cuenta. De ahí que utilice las metáforas y las alegorías para explicar algunas de estas situaciones”, nos descubre.
“La literatura debe ser alegoría. Todo personaje ha de ser un símbolo de algo, significar distintas realidades”, elucubra el autor de Las Palmas. Podemos decir sin asomo de dudas que “Los milagros prohibidos” es su novela más ambiciosa hasta el momento. “Yo siempre soy muy ambicioso, pero ahora con 45 años me he vuelto una persona seria que asume ciertas responsabilidad, aunque he hecho algunos guiños de humor en la novela. Por ejemplo, los nombres de algunos protagonistas fascistas los he cogido de mis amigos más izquierdistas”, apunta riéndose.
Es verdad, como él mismo dice, que esta novela es más seria. “Ya no está escrita por un golfo si no por alguien que ha reflexionado sobre ciertos acontecimientos”, sostiene. Acontecimientos de una infinita barbarie y que Alexis Ravelo ha sabido narrar con exquisita valentía y lucidez algo que, como reconoce, le cuesta. “Sufro, lo paso mal con el estilo”, concluye la entrevista. Yo le pediría que siguiese sufriendo y escribiendo novelas como ésta pero, también, creo que hay que dejarle algún momento de esparcimiento, quizá por eso esté escribiendo una nueva aventura, ya la quinta, de su detective Eladio Monroy y que nos avanza en exclusiva para los lectores de Todoliteratura.
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