La novela tiene dos principales novedades. Hasta la fecha ninguna novela había tenido como escenario a la ciudad jordana de Petra. Este enclave nabateo es uno de los más bellos del mundo. Unas construcciones realmente impresionantes que dejan al visitante aturdido por la grandiosidad y originalidad de sus templos, además de las construcciones romanas. Aunque siempre hay detractores. Cuando visité esa ciudad, un amigo me dijo: ¡Bah, todo fachada! Y era verdad, muchas fachadas pero, realmente, majestuosas.
La segunda característica es que la trama de la novela se desarrolla durante la Guerra de los Seis Días, hasta ahora, ninguna novela se había centrado en esta crucial guerra entre árabes e israelíes. Pero, no son sólo estas las únicas características reseñables de la novela. Carlos Díaz Domínguez tiene la habilidad de mezclar con precisión, en sus obras, hechos históricos con tramas inventadas.
En esta ocasión, en La Menorah de Petra, nos encontramos con personajes como Golda Meir o Gamal Abdel Nasser, entre otros muchos. Destaca, sobre manera, el rey Hussein de Jordania que se convierte en un protagonista destacado gracias a los amoríos con la arqueóloga español Araceli Artigas, protagonista principal de la novela. El autor se basa en la fama de play boy del rey jordano para contar una bonita historia de amor que, por cierto, no es la única de la novela.
En La Menorah de Petra, hay historias de amor de lo más rocambolescas, intriga, acción y espionaje. Todo un cóctel de argumentos que hacen la lectura del libro de lo más interesante. Ahora, que se está tendiendo a una literatura de entretenimiento, Carlos Díaz Domínguez consigue mezclar éste con la rigurosidad histórica. Quien no haya leído o escuchado sobre la decisiva guerra de los Seis Días, gracias al autor madrileño se podrá enterar de los pormenores de la génesis de esta guerra que va más allá de la ocupación de Gaza.
El autor, fiel a su estilo, mantiene al lector pegado al libro durante toda la novela. Comienza con diversas tramas que van confluyendo en una única a medida que avanza la novela. El lector salta de una historia a otra sin apenas tiempo para respirar. A cual más interesante. Cuando todo desemboca en una trama, el lector comienza a atar cabos y darse cuenta que la complejidad de la trama urdida por el escritor la ha mostrado de manera clara y precisa.
La novela tiene formato de thriller, capítulos cortos, ágiles e impactantes. Casi todos los finales de los capítulos nos dejan con el sabor amargo de la sorpresa. Con lo cual, nos hace que vayamos rápidamente al siguiente capítulo. Las descripciones de los lugares y de las situaciones son vibrantes y cabales. Las descripciones de los personajes, además, de coloristas, se adentran en su personalidad. Nada queda al azar de la pluma de Carlos Díaz Domínguez para conseguir una novela más que interesante. Aquí nos vuelve a demostrar sus conocimientos del tardofranquismo, época que pocos autores tratan. Encontramos al autor de La menorah de Petra como unos de los más brillantes escritores sobre esa época.
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