Después de sorprendernos con su gran trabajo de actor en “Que raros son los hombres”, adaptación de tres relatos suyos del libro del mismo título, regresa a la novela. Pero, vuelve con una narración que tiene mucho de él y de su literatura, después del experimento de “Los ángeles feroces”, una distopía desequilibrante y futurista, vuelve al camino que dejó trazado en “La invención del amor”, donde trata temas que al autor madrileño le perturban: el amor, la ficción y la realidad.
La ficción y la realidad no son cuestiones antagónicas. El propio protagonista nos lo dice “no es la ficción la que crea la realidad; es la realidad la que, al cambiar, crea la ficción”. Es, quizá, la realidad es una excusa para escribir. Y el tema sobre el que escribe es la venganza o una posible venganza en la que Ariel tendrá que ayudar, pese a sus reparos iniciales a David, un joven al que unos inmigrantes le dan una soberana paliza, dejándole prácticamente lisiado.
Este planteamiento, le da pié a José Ovejero a conformar una novela desasosegadora en la que el autor se mete en la piel del protagonista, escritor de profesión que sobrevive gracias a escribir múltiples artículos en la prensa diaria y que, cada vez menos, se sienta a escribir una novel,a para la que no encuentra un tema digno de su atención. Escrita en primera persona, el autor, se mete en la cabeza de su protagonista, haciendo un bonito juego de reflexión sobre la idiosincrasia de un escritor, egocéntrico, solitario y vanidoso que no misántropo.
Cuando Ariel nos dice que antes de escribir ya tiene pensada la novela. “No soy un improvisador. Yo sé adónde me dirijo”. La pregunta que se hace el lector es si José Ovejero es igual que ese Ariel al que describe. Cada lector sacará sus propias conclusiones, como también las sacará del desarrollo que toma la novela y del final que el autor nos propone. Un final, como le gusta al autor, abierto y enigmático. Como dice el protagonista: Todo es ficción, la realidad no existe. Esa es precisamente la sensación que tiene el lector al leer el libro. No sabemos bien si nuestra propia vida es ficción o es realidad.
La escritura de José Ovejero se va haciendo, con el tiempo, más precisa y concisa. Desarropada de florituras, su pluma describe con meticulosidad ambientes y situaciones que, en ocasiones, pueden ser violentas. Profundiza en la mente de sus personajes, sobre todo en la de Ariel y nos muestra un mundo rabiosamente actual y desequilibrante. No sobra ni falta nada. Es la novela que ha querido escribir el autor sobre un escritor superado por los acontecimientos. Su visión de la realidad es cruda y, también, ruda. Se ha desprendido de todo lo superfluo para conseguir un estilo acerado, penetrante e ingenioso. "La seducción" es un libro que no deberá perderse el buen lector amante de la literatura. La edición de Galaxia Gutenberg, como últimamente nos tiene acostumbrados, es elegante y muy cuidada.
Puedes comprar el libro en: