En este caso, en un tranquilo día de otoño, la ciudad de Chester's Mill queda inexplicable y repentinamente aislada del resto del mundo por un campo de fuerza invisible con forma de cúpula. Los aviones se estrellan y caen del cielo consumiéndose entre llamas, la gente corre sin rumbo por el pueblo vecino al verse separada de sus familias y los coches estallan al impactar contra el muro invisible.
Nadie consigue comprender cuál es la naturaleza de la barrera, ni su procedencia, ni cómo ha llegado hasta allí, ni si algún día desaparecerá. Dale Barbara, un desilusionado veterano de la guerra del Golfo reconvertido en un cocinero; Julia Shumway, la directora del periódico local; y un grupo de skateboarders adolescentes lucharán para descubrir el misterio de la cúpula.
Sin embargo, en el otro bando se encuentran el gran Jim Rennie, alcalde de Chester's Mill, un hombre corrupto y sin escrúpulos dispuesto a todo para tomar las riendas del poder, y su hijo, que oculta un terrible secreto en una oscura despensa. Pero su adversario principal es la propia cúpula. Porque el tiempo no es infinito. El tiempo corre e irremediablemente, se acaba...
La cúpula nos va a transmitir cómo se suceden las horas en el pueblo atrapado bajo este campo de fuerza invisible, cómo se generalizan los primeros accidentes por desconocimiento y cómo la desesperación arraiga en los habitantes de Chester's Mill. La forma en la que el autor va narrando la trama se ajusta al paso del tiempo para los habitantes de la cúpula: a los lectores, al igual que a los ciudadanos, nos parece que han pasado semanas, pero sólo ha pasado un horrible y espantoso día de sus vidas. El efecto de la narración sobre el lector es sobrecogedor y está logrado de una manera brillante.
A su vez, Stephen King sabe cómo sacar los instintos primarios de los humanos y todo lo peor que hay en ellos, según la escasez y los desastres se van apoderando de la ciudad, lo que también se ve favorecido por un pequeño grupúsculo de personas afines al segundo concejal, quien quiere mantener el caos y dictar sus propias leyes para ser un "emperador dentro de la cúpula", ya que desde el exterior nada se puede hacer para evitar su despótica y arbitraria política.
Bajo la cúpula, la diversidad de personajes es muy elevada, lo que da a la obra más realismo al combinar todo tipo de personajes: un asesino en serie con un tumor cerebral, un sacerdote inmiscuido en negocios ilegales, una periodista del periódico "The Democrat" que es republicana, matrimonios en crisis, drogadictos, madres solteras, policías ineficaces e incluso un antiguo teniente que actuó en Afganistán.
Este último personaje sirve de base a una fuerte crítica sobre los brutales métodos de los americanos para con sus prisioneros: horribles torturas, asesinatos, barbaridades... Pero la crítica va más allá y no se reduce a eso: también apreciamos fuertes críticas a Obama como un, textualmente, "tío con uno de los nombres de terrorista, proabortista, y que no tiene ni idea de lo que es el cristianismo".
En resumen, una obra contundente y enérgica de Stephen King, el especialista de literatura de terror más vendido de la historia. Como él mismo define su labor: "Lo que hago es atacar las emociones de los lectores. Se me considera un escritor de horror, pero soy básicamente un doctor en emociones. Si apagan las luces y tienen miedo, entonces he ganado".
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