Con los mimbres, que bien podrían ser los de una obra de teatro en dos actos, Care Santos construye Media vida, la novela ganadora del Premio Nadal 2017 en la que, de hecho, reconstruye media vida de cinco amigas: Olga, Marta, Lola, Nina y Julia, desde la dictadura a los primeros años de la Transición. Un retrato magistral de una generación de mujeres bajo una sociedad cambiante que tuvo que enfrentarse, cada una a su manera, a la hipocresía de aquellos que pretendían conservar las viejas formas a cualquier precio.
Media vida es una magistral pieza de relojería narrativa, que combina la novela psicológica con el retrato social sin que se vean las costuras, para desembocar en una inesperada vuelta de tuerca final que hará pensar a más de un lector. Un logrado giro argumental que se sostiene en buena parte gracias a la utilización narrativa de elementos sencillos de la vida cotidiana, que adquieren un gran peso simbólico en el devenir de la historia. Sin duda, la autora de, entre otras, Habitaciones cerradas y Diamante azul da un paso más en su ya consolidada carrera de narradora de ficción para concebir una novela tan bien tramada, inteligente y estremecedora que no dejará impasible a ningún lector.
Son cinco niñas, cinco amigas, que están dejando atrás la infancia. Tienen 14 años o están a punto de cumplirlos. Su cuerpo cambia con la primera menstruación que ya ha llegado o está al caer. Pero la niñez pervive en la inconsciente o quizá poco inocente crueldad que regula sus juegos. Juegan a “Acción o Verdad”, como ellas llaman a su particular versión del juego de las prendas, en un internado de monjas la noche del 29 de julio de 1950. El día en que dos de ellas, hermanas gemelas, cumplen años.
Pero algo se tuerce en el juego y esa noche se convierte en un punto de inflexión que marcará sus destinos. Treintaiún años después, otro 29 de julio, las amigas se reencuentran y aquel ceremonial del juego interrumpido concluirá bajo los imprevistos de una tormentosa noche de verano.
En cierto modo, Media vida es un reflexionado alegato contra el machismo que repasa con saludable memoria aquellos años de cambio en los que las mujeres redefinieron con empeño su rol en la sociedad y se atrevieron a defender su libertad planteando nuevas miradas sobre la amistad, el amor, la maternidad o, incluso, sobre su propia sexualidad.
Momentos clave de la historia reciente y, sobre todo del cambio social en España, como el concierto de los Beatles de 1965, la muerte de Franco en 1975, el intento de golpe de Estado del 23-F —en el que una de las protagonistas se ve implicada—, la Ley de Divorcio del año 1981 o la boda de Carlos de Inglaterra con Diana de Gales, encuentran su lugar en la novela de manera fluida completamente integrados en la trama.
Pero Media vida no es sólo un logrado retrato histórico y social de una España en transformación, sino también un elocuente relato vital sobre cómo nos afecta el paso del tiempo, el peso de la culpa y la importancia del perdón. O, como dice Julia, quizá la verdadera heroína de esta historia, la importancia de «hacer limpieza en los cajones de tu pasado» para así poder seguir adelante. Aunque tal vez lo único que deba realmente ser limpiado son aquellas manchas imborrables, porque «tan sólo se puede perdonar lo imperdonable», como reza el epígrafe de Joan-Carles Mèlich que abre la novela.
Care Santos entreteje todo ello con verdadera sabiduría narrativa en un relato de ritmo ágil y tensión sostenida, que no desdeña la ironía o el humor como tampoco la profundidad reflexiva ni el impacto emocional. Y ello la autora de Mataró lo consigue gracias a un sutil narrador en tercera persona, con fugaces e imperceptibles incursiones en el estilo indirecto libre, que va saltando capítulo a capítulo de la cabeza y la perspectiva vital de un personaje a otro.
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