“En la novela cuento historias que realmente sucedieron y otras muchas que no. Los lectores de mi pueblo saben lo que es verdad y lo que no es”, explica durante la conversación que mantuvimos. Aunque cuenta cosas de su pueblo, las historias que narra son universales, podrían haber sucedido en cualquier lugar de cualquier país. “Las experiencias de los pueblos son muy parecidas. Hay realidades en diferentes países que tienen características muy similares al mío”, reconoce José Luís Peixoto en un castellano más que aceptable y agrega “lo que ahora conocemos por ruralidad es muy transnacional”.
En su opinión, “la interacción de los personajes se hace independientemente de la cultura. La proximidad con la naturaleza tiene muchas características de la vida cotidiana. En los pueblos se siente más el paso del tiempo. Se tiene un ritmo diferente de la vida que en las ciudades y esto hace mirar las cosas de manera distintas. Se piensa de otra forma y se vive de otra forma”, explica con precisión el autor de “Galveias”.
Por eso, le pareció muy relevante escribir sobre un mundo que todavía existe. “Muchas personas creen que esto que cuento está muy en el pasado, pero este mundo todavía existe en el interior de muchos países. Ahora vivimos todo muy rápido y eso hace que veamos de manera muy superficial la vida”, indica el autor portugués que viste todo de negro. Lo que ha pretendido con la novela es que el lector se dé cuenta que “existe una alternativa para poder vivir de otra manera”, refiere. Una manera alejada de la vida que estamos viviendo influenciada por una serie de experiencias nuevas que no sabemos cómo nos van a influenciar en el futuro, las redes sociales son unas de ellas.
Quizá por ello, se estén publicando diversas novelas centradas en el ámbito rural. Cree que es realmente curioso que esto esté sucediendo en estos momentos. “Son novelas que nos están invitando a que pensemos de una manera distinta en un tiempo distinto que huye de lo instantáneo”, sostiene con tino. Y que el lector, regale su tiempo al escritor que escribe sobre esto, le parece realmente maravilloso.
Su intención, al escribir la novela es estimular a la reflexión, más que a defender un tiempo pasado, que no tiene por qué ser mejor. “He querido hacer una afirmación de identidad de los pueblos. Es necesario que tengan una buena relación con ellos mismos. La identidad rural portuguesa ha de ser reconocida y se necesita que se hable de ella de forma positiva”, opina. De ahí que el verdadero protagonista de la novela es el pueblo.
“Galveias” es una novela coral, de muchos personajes que van apareciendo y desapareciendo paulatinamente. “Es complicado trabajar con muchos personajes ya que van formando una estructura con muchas historias que se entremezclan. Pero, creo que ese es el principal sostén de la novela y la diversidad de personas de diferentes edades que hay en la novela”, cuenta con cariño de sus personajes.
En el libro hay dos partes claramente diferenciadas. En la primera, es el pueblo más protagonista, está más cerrado en sí mismo pero, en la segunda, se abre al exterior y se comienzan a vivir nuevas experiencias. En esa simbiosis con el exterior aparece una violencia que en ocasiones es brutal. El humor sirve para atemperar las situaciones violentas. “Hay realmente historias muy graciosas que cuento en el libro”, subraya.
La acogida que ha tenido el libro en su tierra ha sido muy favorable. “Para mí, ha sido una sorpresa. En mi tierra, poca gente conoce la historia y menos la cotidiana. Muchos han querido identificar a las personas de las que hablo, pero es muy difícil porque he cambiado a los personajes y he mezclado sucesos. Lo que sí he conseguido es que el nombre de mi pueblo esté en la prensa nacional”, declara orgulloso.
José Luís Peixoto, además de novelista es un reconocido poeta. Sus novelas suelen ser muy intimistas y ha sido con “Galveias” con la que más ha querido contar sucesos que recordaba de su infancia. “Tenía muchos recuerdos de aquella época que he querido reflejar en la novela”, concluye. Y realmente ha conseguido expresar en el libro cómo era la vida en esos años ochenta, justo cuando Portugal se abría a Europa, algo parecido a lo que ocurrió en nuestro país y que el autor ha sabido dibujar de manera precisa y muy interesante.
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