“Robert Walser fue un antecedente de Kafka”, afirmó Enrique Vila-Matas en la rueda de prensa que se llevó a cabo para presentar la nueva edición de "El paseo". “He leído toda su obra, ya en 1974 Barral publicó Jakob von Gunten con una traducción pésima pero aún así me quedé impresionado y cautivado por la novela”, continuó diciendo el escritor barcelonés. En los años ochenta la editorial Alfaguara editó algunas de sus novelas, concretamente en 1985 sacó al mercado “Los hermanos Tanner” con traducción de Juan J. del Solar, quizá su mejor traductor, desde entonces ha sido la Ediciones Siruela quien ha publicado la mayoría de la obra del escritor suizo.
Para Vila-Matas, Robert Walser, quien no pudo asistir a la rueda de prensa por haber fallecido hace sesenta años, mezcla con infinita habilidad la risa con lo serio. El escritor nacido en la ciudad de Biel, es uno de los autores más misteriosos de su tiempo. Pese a eso, muchos escritores como Herman Hesse, Kurt Tucholsky, Robert Musil, Franz Kafka y Walter Benjamin le apreciaban, Walser fue durante su vida un incomprendido por el público más amplio, quizá se debió a que pasó sus 23 últimos años de vida en la clínica psiquiátrica de Herisau, donde falleció el día de Navidad de 1956 en medio de la nieve y un poco apartado del establecimiento psiquiátrico.
El libro que ahora se publica, “El paseo” sirvió de inspiración para una de las obras de Enrique Vila-Matas. Lo que más le sorprende del escritor suizo es “su extraordinaria humanidad. Le gustaba trabajar en empleos subalternos y bastante kafkianos, ayudante de cámara, clasificador de cartos que no habían llegado a su destino, mayordomo, etc.”, cuenta el autor de Doctor Pasavento.
“Robert Walser era una persona tremendamente habladora, hablaba de sí mismo en una cháchara sin parar”, comenta el novelista y añade “le gustaba trabajar con lo ilegible, sobre todo en sus famosos Microgramas que escribe en papeles diminutos, en servilletas, hasta su retiro a Herisau que dejó de escribir. “23 años sin hacerlo”, ratifica. “Pese a eso fue un gigante literario y un poco peligroso porque percibía, más que profetizaba, lo que está pasando en la actualidad”, opina.
Para Vila-Matas, Robert Walser fue un escritor muy complejo que buscaba la claridad, algo parecido a lo que hizo más tarde Bolaños. “Él vivió con frustración no ser reconocido como escritor”, asevera el escritor que menciona como su obra favorita de Walser El paseo, que ahora publica Siruela en edición conmemorativa.
Para el profesor de la Universidad de Lausana, “Robert Walser, el no ser un escritor mayoritario es una ventaja, ya que le permite al lector descubrirlo personalmente. Él tiene la facultad de convertir a sus lectores en autores porque les admite adoptar una perspectiva nueva para ver el mundo de otra visión diferente”, señala y añade “Era una persona que no conocía el odio. De todo el mundo hablaba bien, yo no sabría decir si lo decía en serio o estaba tomando el pelo a todo el mundo”.
Reto Sorg cree que la obra de Robert Walser irá teniendo más y más difusión. “Es, desde luego, un autor conocido mundialmente. En estos momentos se le está traduciendo al chino; en Japón se han publicado varias obras suyas y en Estados Unidos ocurre lo mismo”, explica. Pese a la internacionalización de su obra cree que el autor de Biel “es un autor muy suizo que nunca renegó de su origen y de su condición humilde”, concluye.
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