En un abrir y cerrar de ojos, ese mundo se vino abajo en una Alemania que buscaba la pureza y la perfección racial de sus habitantes. Los padres de Hannah terminaron encerrados en su magnífico apartamento en el centro de Berlín, entre penumbras. Ahora Hannah se refugia con su mejor amigo, Leo Martin, en los callejones y parques de una ciudad que ya no los quiere.
Berlín se ha teñido de los colores blanco, rojo y negro de una bandera que no reconocen como suya, las aceras cubiertas de cristales rotos, edificios quemados, militares que marchan en un sincronismo para ellos enfermizo.
Los desesperados Rosenthal comienzan la odisea para conseguir visas, dispuestos a perder todas sus posesiones con tal de escapar de un país que los desprecia. Los dos niños hacen un pacto: pase lo que pase, se prometen un futuro juntos.
Un rayo de esperanza les llega a los Rosenthal y los Martin: el Saint Louis, un enorme y lujoso trasatlántico partirá de Hamburgo a La Habana con más de 900 refugiados judíos. El 13 de mayo de 1939 comienza la travesía de dos semanas, donde las familias se sienten libres y seguras por primera vez en meses.
En la medida que todos los pasajeros se van llenando de esperanzas por el brillante futuro que les espera en un desconocido país tropical, el amor de Hannah y Leo florece entre juegos, bailes de disfraces y cenas exquisitas.
Una semana antes de que el barco zarpara de Hamburgo, el presidente de Cuba, Federico Laredo Brú, emitió el decreto 937 (nombrado así por el número de pasajeros que transportaba el Saint Louis), con el cual invalidaba los permisos de desembarque firmados por Benítez. El país solo aceptaría los documentos otorgados por la Secretaría del Estado y el Trabajo de Cuba.
Berlín se ha teñido de los colores blanco, rojo y negro de una bandera que no reconocen como suya, las aceras cubiertas de cristales rotos, edificios quemados, militares que marchan en un sincronismo para ellos enfermizo.
Los desesperados Rosenthal comienzan la odisea para conseguir visas, dispuestos a perder todas sus posesiones con tal de escapar de un país que los desprecia. Los dos niños hacen un pacto: pase lo que pase, se prometen un futuro juntos.
Hasta que comienzan a llegar los cables de la HAPAG, la compañía matriz del Saint Louis: el gobierno cubano ha invalidado las visas de los 937 pasajeros y al parecer no los van a dejar entrar a territorio nacional.
Al llegar a La Habana, el gobierno de la isla le prohíbe al Saint Louis atracar en el puerto. Se inician las negociaciones con los gobernantes cubanos, que exigían una alta suma de dinero por pasajero, para dejarlos desembarcar, mientras los periódicos del mundo se hicieron eco de la tragedia de los inmigrantes judíos.
A los seís días de haber llegado a La Habana, el presidente cubano ordenó la salida del barco de sus aguas territoriales. Sólo a 28 pasajeros les fue permitido desembarcar. Hannah y Leo tienen que enfrentar la trágica realidad y se separan, el futuro es desconocido y la decisión que tomen impactará a las generaciones venideras. La familia de Hannah queda también dividida.
Las negociaciones con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá no prosperan y el barco tiene que regresar a Europa. En medio de la travesía, el comité de ayuda para los judíos logra que los pasajeros sean reubicados en Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica en los albores de la Segunda Guerra Mundial. El majestuoso barco, que parecía la única salvación para ellos, terminó convirtiéndose en su pena de muerte.
Siete décadas más tarde, en Nueva York, a punto de cumplir sus doce años, Anna Rosen recibe, procedente de La Habana, un misterioso sobre de Hannah, su tía abuela, que crió a su padre, ya fallecido y a quien nunca conoció. En un intento por armar el rompecabezas del pasado de su padre, Anna y su madre deciden viajar a La Habana para encontrarse con Hannah, que ahora tiene 87 años.
Hannah cuenta su odisea en el Saint Louis, desentraña los secretos de su familia y por primera vez revela qué le sucedió a su padre y a Leo. Al entrelazar el dolor del pasado con los misterios del presente, Hannah encuentra un sentido a la historia de su familia para transmitírselo a su sobrina nieta, sus destinos se entrecruzan, se revive la memoria de un apellido olvidado y, a su vez, les rinde honor a aquellos que amó y que trágicamente perdió.
Armando Lucas Correa nació en Cuba. Escritor y periodista, actualmente es el jefe de redacción y principal portavoz de People en Español, la revista hispana de mayor venta en Estados Unidos, con siete millones de lectores mensuales.
Ha recibido numerosos premios periodísticos, entre ellos el de la National Association of Hispanic Publications y el de la Society of Professional Journalism.
La niña alemana es su primera novela y se publica de forma simultánea en inglés y castellano. Actualmente, vive en Nueva York.
Puedes comprar el libro en: