La decisión de escribir un libro es un proceso muy personal y reflexivo. Hay autores que lo hacen porque tienen una historia que contar, dar a conocer a los lectores ciertos acontecimientos o situaciones insólitas. Jordi Solis decidió escribir “Dime quién te pasa” para desahogarse, para poner su sentimientos y pensamientos en una hoja de papel en blanco. Esa hoja de papel puede sustituir perfectamente a una terapia de diván, donde los pensamientos fluyen relajadamente.
Escribir un libro es una manera activa y apasionada de sacar los sentimientos hacia fuera y querer que otras personas compartan ciertas obsesiones y miedos. El escritor cree que ha llegado el momento de transformar todo aquello que le hacía sentir culpable, que le hacía sentir mal y alejarse de las personas que habían sido tóxicas para él y que le arrastraban hacia un actitud de destrucción personal.
Son esas personas a las que hace referencia en el título del libro, aquellas personas que pasan por nuestras vidas, unas para mal, otras para bien. Había llegado el momento de quedarse solo con las que llegan a la vida para mejorar a la persona, en este caso al escritor. La escritura tiene un punto catárquico en nuestras vidas, Jordi Solis lo sabe bien porque escribe sus reflexiones, no sólo para liberarse, sino también para que el lector aprenda en cabeza ajena.
Las reflexiones de "Dime quién te pasa" son ideas que han surgido desde la trinchera de su vida, durante una época de lucha interna, en un momento en que la soledad y la imposibilidad de hacer nuevas amistades hace que se siente a la mesa para escribir sus más íntimas motivaciones con un afán de supervivencia, de querer compartir sus peores y sus mejores momentos.
Jordi Solis agradece a todos sus amores que han querido compartir su mundo, y hasta cierto punto cambiarle. Esa aspiración de tanta gente, ha hecho que pudiese reafirmarse en lo que ha querido seguir siendo. Su propio yo. Herido y desangrado entre canciones ha aprendido a volar, a mejorar, a ser mejor persona.
Jordi Solis es uno de esos afortunados que poseen esa sensibilidad que les permite una mirada a través de una ventana de cristal especial. Una mirada con la que detiene el tiempo y contempla la esencia de la vida misma y sus detalles a cámara lenta. Y puede en ese instante pasar sus manos alrededor de ellos, rozarlos con sus dedos, olerlos, adivinar sus intenciones… Solemos dejar que los días pasen, sin ver en lugar de mirar, y a veces sienta bien que nos lo cuenten, que nos lo recuerden con palabras ajenas.
Jordi Solís ha querido compartir en éste, su primer libro de reflexiones, su visión privilegiada de lo que nos rodea, la perspectiva desde su especial universo creativo. Una obra de obligada lectura para momentos de relax, para sumergirse en sus juegos de palabras y dobles sentidos que, al descifrarlos, nos llevarán a alcanzar esa conexión cómplice con el autor, que hace de este libro algo tan especial.
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