La escritora es una persona tremendamente polifacética, “estoy pluriempleada, trabajo de profesora en la Escuela de Escritores, soy editora free-lance, aunque este año estoy preparando los libros que publicará el año que viene el sello Caballo de Troya y escribo, últimamente más novela pero también poesía, el relato lo he dejado aparcado por un tiempo”, cuenta la escritora con un ligero acento andaluz. Pese a realizar tantos trabajos, la crisis la afecta de modo personal como les puede afectar a sus lectores. Por eso, cree que el problema de la precariedad laboral sería una de las cuestiones que habría que solucionar preferentemente si tuviésemos unos políticos con un mínimo de sensibilidad social.
En la novela ha cogido diversos escenarios de su infancia pero sin citarlos, “es una forma de universalizar el texto y enfrentarse al contexto de una forma más poética, creo que está bastante claro que hablo de Huelva y de Isla Cristina, población en la teníamos una casa en mi juventud. También, suelo despojar a las cosas de su logo con el mismo fin", cuenta a este periodista. Hasta esa localidad se desplaza la protagonista Sofía con su hijo huyendo de un marido que la acaba de abandonar y sin decirle al pequeño las auténticas motivaciones del traslado. Hasta allí llegarán su hermana Rita y su madre para echarla una mano.
“En la novela quiero resaltar la transformación de los personajes, sobre todo la de Sofía. El 90% de la novela está vista por los ojos de Sofía, aunque también hay episodios que se ven por los ojos de Julio, el ex marido, y Rita”, explica Lara Moreno. Escrita en tercera persona, tiene capítulos donde la escritora utiliza la primera persona, en voz de Sofía, para explicar el pasado infantil de ella, buceando es sus recuerdos más íntimos y que ayudan a explicar porqué es ella como es. “A través de los recuerdos reconstruye su relación son su hermana”, expresa. Sofía es una persona bastante normal, mientras Rita es una auténtica superviviente. “Quería que esta novela fuese de las dos”, especifica.
La familia de Sofía es la típica de los años ochenta, “una familia bien, de clase media”, apunta. Pero que a parte de la felicidad también hay sus momentos de terror que en ocasiones vienen dados por unos primos mayores. “En aquellos años, las niñas estaban sometidas a una violencia física que también se manifestaba en las palabras y estaba consentido por todo el mundo. No quiero decir que siempre fuese así, pero en una mayoría de los casos, sí”, recuerda la autora de “Por si se va la luz”, novela con la irrumpió con fuerza en el panorama literario español.
“En estas últimas tres décadas hemos superado, aparentemente, un montón de historias, pero aún quedan muchas más por superar. Sigue habiendo demasiada naturalidad en la violencia”, expone con convicción. El título del libro sale precisamente de ahí. “La piel de lobo es el peligro a la violencia en la que nos hemos educado todos, el riesgo que el débil corre ante el fuerte”, refiere.
“Piel de lobo” la comenzó a escribir en el 2014, poco después de la publicación de su primera novela, como si fuese una premonición, la escritora se separó a mediados de 2015, por lo tanto, algunas cosas que escribió, la sucederián a ella. En los capítulos donde Julio toma la batuta de la historia, los escribió con una mezcla de observación y de experiencia, ya que no lo había pasado todavía, lo escribió como algo imaginado pero a la vez muy sentido.
A sus protagonistas los intenta retratar en toda su esencia. “La vida sexual de cualquier persona y de cualquier edad es muy relevante”, sostiene. De ahí que haya reflejado este aspecto de manera mucho más explícita de lo que lo había tratado en su primera novela. “Trazó un viaje por la vida sexual de ella, ya que forma parte de la trayectoria vital de Sofía”, señala la escritora criada en Huelva.
Lara Moreno se siente absolutamente afortunada por poder trabajar en lo que le gusta. “Jamás me hubiera imaginado que iba a trabajar con libros como editora y escritora, ya que soy periodista”, desvela. Como hemos señalado, también trabaja impartiendo talleres de escritura creativa. “Lo cual para mí es un lujo enorme”, confiesa.
Para terminar reconoce lo bien que se encuentra escribiendo novela. “Empecé publicando relatos, luego publiqué poesía pero es en la novela donde me encuentro más cómoda. Me interesa más ese pulso largo que ofrece la novela y que no tiene la poesía o el relato. Además el alarde técnico de la novela es muy superior a la de los otros géneros, concluye la autora que sentía un cierto temor ante la respuesta de los lectores hacia su nueva novela. Temor infundado porque ha resuelto la novela con una madurez digna de una más que prometedora escritora.