SENDAS COMPARTIDAS
Vidas calladas, en silencio. Muertos que se pasean por los jardines de los alrededores del paraíso,
Muéstrame amor mío qué tiene la eternidad para compartirla contigo.
Olvidé el corazón en un cofre cerrado y sólo tú puedes abrirlo, porque es tuyo, todo para ti.
Te amo y te amaré siempre, y si el tiempo es benévolo nos dará un hogar en el cielo.
Porque ese cielo estará aquí mismo, y si Dios quiere también en el firmamento,
Dos estrellas luciendo juntas, dando luz y calor a los enamorados.
Caliéntame el alma, vida mía, que yo jamás me iré lejos de ti.
Caliéntame el pecho, que nunca sintamos el frío de la soledad, del vacío,
Y en la inmensidad de nuestro universo, nuestro pequeño universo, nuestro amor sea eterno.
Muéstrame amor mío qué tiene la eternidad.
Para Luismi, mi verdad, tú me has hecho mejor de lo que era.
UN NUEVO SENTIR
Como una estrella que brilla en la oscuridad de la noche,
El amor salva de la tristeza y la melancolía,
Porque la soledad se marchó de los corazones dañados,
Heridos por el recuerdo, lastimados por un pasado de llanto
En la distancia.
Ahora liberando con la palabra y el sentimiento aquel error, aquel dolor,
Reparamos en los lugares antes transitados,
Con una nueva esperanza,
Y en este otro lado, el de la sorpresa y el cariño compartido,
Se quieren olvidar aquellos pasos,
Y mientras brillan nuestras miradas contemplando nuestros rostros,
Porque desapareció todo contigo,
Y ahora otro cuerpo, otros ojos, otros labios son ya míos,
Y ahora,
Se ve una nueva estrella en la oscuridad de esta noche.