Como tenía en su contrato una clausula de no competencia, de momento, no ha vuelto a trabajar como gestor de inversión. “Aproveché estas vacaciones forzadas para irme a vivir a Londres y ha sido allí donde he escrito el libro "Invirtiendo a largo plazo", gracias a las buenas gestiones de Roger Domingo de Ediciones Deusto que me convenció para escribirlo”, dice Francisco García Paramés en rueda de prensa. El libro ha causado una gran expectación.
Roger Domingo se mostró encantado con la fantástica marcha del libro. “Hoy sale a la venta y ya lleva dos ediciones. Prácticamente hemos vendido los 6.000 primeros ejemplares en Amazon y en reservas de librerías”, señala con una sonrisa de oreja a oreja. En su alocución contó las bondades del libro y cómo consiguió que García Paramés escribiese un libro que es mitad biografía y otra mitad teoría económica.
“Francisco no tenía intención de escribir un libro. Contacté con él por medio de Daniel Lacalle y le propuse que escribiese sus experiencias. Sólo me puso dos premisas, la primera que escribiría con absoluta libertad y, la segunda, que si no estaba convencido de lo que había escrito no se publicaría. Acepté y aquí está el resultado”, explica el editor Roger Domingo.
El libro está escrito exento de tecnicismos y eso que la segunda parte es muy ardua, ya que cuenta los fundamentos económicos de la escuela en la que se ha basado para su trabajo, la austriaca, referencia absoluta en el mundo de los inversores. “Casi todo lo que está escrito sobre la inversión y me gusta a mí, está publicado en Deusto”, apunta este inversor que se le conoce en el ambiente inversor como el Warren Buffet español.
“Fui escribiendo todo lo que me acordaba sobre mi gestión en Bestinver, lo que había vivido en 25 años y, poco a poco, todo fue encajando. La teoría me fue saliendo de manera fluida y el libro terminó por formarse como yo quería. Tengo que reconocer que lo que más me costó fue el principio”, expone en la rueda de prensa Francisco García Paramés. Fue la parte de su biografía lo que más le costó, la parte más personal.
La segunda parte del libro es la esencial, donde cuenta el autor los fundamentos de la escuela austriaca, precisamente los economistas menos matemáticos. Los economistas de esta escuela creen en las inversiones a largo plazo y, siempre, en activos reales. “El objetivo de todo inversor es mantener su poder adquisitivo, para ello, habrá de invertir en compañías de calidad”, apostilla éste gestor de inversiones y añade “el riesgo del inversor es la irracionalidad que hace que se cometan muchos errores, sobre todo emocionales”.
Para invertir “no hay fórmulas mágicas”, pero sí ciertas pautas que Francisco García Paramés ha ido aprendiendo a lo largo de sus años de trabajo. “Cuanto más vieja es una compañía más posibilidades de sobrevivir tiene y mejor rentabilidad tendrá en el mercado”, opina y agrega “Google y Facebook, que tienen pocos años de vida, no me interesan para invertir”.
Para terminar, no puede reprimir una crítica acerada sobre la política de los bancos centrales. “Están haciendo un experimento que no está teniendo éxito, si se creen que facilitando el endeudamiento vamos a salir de la crisis están equivocados. Ahí está el ejemplo de Japón que devalúa su moneda cada dos por tres y no consigue que tire el consumo”, concluye.
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