“Si te vieras con mis ojos” es una novela de amor diferente donde los protagonistas conforman un curioso trío. Carmen Lisperguer es una dama de la clase alta chilena que casada con un militar, que la sacaba muchos años, mantuvo relaciones amorosas con un joven Charles Darwin y con el pintor viajero Johann Moritz Rugendas que se encontraron el Chile a mediados del siglo XIX.
“La novela ocurre en un periodo muy romántico –mediados del siglo XIX- y aún teniendo un tema de esa índole la novela me ha salido anti-romántica, ya que la narración se desarrolla desde el punto de vista de un científico que abomina el romanticismo, es más, que lo ridiculiza”, explica el escritor chileno en la entrevista que mantuvimos en un céntrico hotel de Madrid.En su opinión “el amor nos hace cometer cosas ridículas”.
En la novela hay una lucha de ingenios entre Rugendas y Darwin por hacerse con los favores de la juvenil Carmen Lisperguer, que tenía veintisiete años en el momento que se sucede la historia. Esa ansía por hacerse con Carmen les hace que comentan algunos excesos y corran determinados riesgos para conseguir su amor. “El amante frío no ama, no vive. Mis protagonistas no son fríos y viven la vida de manera apasionada”, recalca el autor de “Si te vieras con mis ojos”.
La novela está escrita en segunda persona, y no es la primera vez que lo hace el escritor chileno. “Ya en mi primera novela lo utilice y a mí me es muy útil hacerlo así ya que utilizar la segunda persona lleva implícito ese tú al lector que lo hace más cercano. Es una de las formas narrativas que más implica al lector”, expone Carlos Franz durante nuestra breve pero intensa charla.
Esa forma de narrar cree que es muy fantasiosa y muy potente ya que cuenta la historia de amor como si lo hiciese un pintor que está describiendo un cuadro, algo que Rugendas hacía con extrema facilidad. “Tiene mucho de la Venus del espejo, no vemos su rostro pero estamos viendo su reflejo. Ese truco que utilizaba Velázquez es lo que yo pretendo llevar a mi literatura”, comenta con humildad en su intento de meter al propio lector en el cuadro que está describiendo.
Para escribir “Si te vieras con mis ojos” estuvo tomando apuntes durante veinte años, “ese es uno de los privilegios del novelista y lo disfruté tanto que no quería detenerme de tomar notar hasta que por fin me puse a escribir la novela, con tantas notas, me demoré tres años en escribirla”, señala Carlos Franz.
Los recursos que utiliza para escribir esta historia de amor se asemeja a la estética posmoderna. “Traté el tema con miedo a caer en la cursilería, por eso arriesgué en todo lo melodramático. Quería sentirme preparado para escribir una historia de amor, quería sentirme maduro en lo personal para algo de mi propia experiencia acerca del amor, lo que he aprendido y lo que ignoro”, comenta displicente.
Lo que en realidad le gusta a Carlos Franz es escribir novelas históricas que realmente le importen, “no escribo para demostrar mi habilidad sino para divertirme”, sostiene con convencimiento. “Intento mezclar lo que he leído sobre los personajes que trato con lo que siento por ellos. Tan válida como la memoria son los supuestos hechos que han ido transformando ese recuerdo”, reflexiona y añade “la ficción ilustra a la historia”.
Para Carlos Franz la auténtica autora del texto es Carmen Lisperguer. “Ella se pone en el centro de la historia, elige ponerse allí. Es el ojo de la historia, su punto de vista es el que prevalece en la novela y en los tres periodos en que se desarrolla la novela, ella siempre está presente”, concluye el escritor chileno.
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