Antonio Valdecantos sostiene en "Teoría del súbdito" que, a través de desplazamientos metonímicos, el uso de muchos términos está siendo empleado de manera mendaz. Así, “ciudadanía” o “ciudadano” no son más que formas mixtificadoras creadas para desviar la mirada de la verdadera política. Y, por supuesto, no existen ciudadanos, sino súbditos.
El tradicional orden secular y eclesial ha dejado paso al basado en el Estado y el mercado, que se convierte en sucesor natural de la Iglesia. Y es evidente el estrecho vínculo que hace del mercado el director del plano político.
Lejos de planteamientos programáticos para instaurar un régimen de verdadera ciudadanía, Antonio Valdecantos propone una repulsa de todo lenguaje legitimador. Mediante la burla y la irreverencia nos aproximaremos a la forma de resistencia más eficaz.
Afirma el autor en el prólogo: “Como siempre, el retablo de las maravillas está vacío y el espacio de lo económico no está sujeto a orden alguno, o lo está únicamente de manera fragmentaria y ocasional. De hecho, solo quien tiene a su cargo la justificación de políticas desreguladoras de la actividad económica (es decir, la apología de cierta clase, bien notoria, de desorden) es capaz de creer en el mito de un orden espontáneo del mercado.”
Un ensayo que teoriza sobre cómo el súbdito podría enfrentarse a esto como a un mal definitivo e irredimible repudiando todo lenguaje legitimador.
Antonio Valdecantos (Madrid, 1964) es catedrático de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid y autor de una amplia obra teórica y ensayística. En sus primeros libros ejecutó un programa crítico de la idea moderna y contemporánea de la moral y, en la última década, viene elaborando una teoría del poder, de la historia y de la cultura a contracorriente de las propuestas habituales. Entre sus obras destacan La moral como anomalía (2007), El saldo del espíritu (2014) —ambas publicadas por Herder Editorial—, La excepción permanente (2014), Filosofía de la caducidad (2015) y Misión del ágrafo (2016).
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