En "Voltaire contraataca" Glucksmann invoca la figura de Voltaire como faro para una Europa errática y asaltada por peligros que no sabe ni identificar, y además anima a releer Cándido, uno de los más hilarantes himnos a la tolerancia y una oda a la libertad ante tantos aprendices de dictador, ante el aumento de nacionalismos identitarios y xenófobos, ante tantas infamias, fanatismos y nihilismo.
Voltaire contraataca es un canto a la libertad cosmopolita con el que Glucksmann cierra un ciclo vital ligado a la filosofía que se abrió cuando descubrió el valor de "la audacia de decir en público, costara lo que costase, lo que el ciudadano consideraba cierto".
André Glucksmann (1937-2015) era hijo de refugiados judíos. Su padre había nacido en Bucovina y su madre en Praga. Afiliados al Partido Comunista tras pasar por el sionismo, ambos se integraron en las filas del Komitern para luchar contra el nazismo. A la muerte del padre en 1940, la madre entró en la Resistencia francesa. Como dijo Pascal Bruckner, Glucksmann entró en su vida combatiendo. Participó en los hechos de mayo del 68 desde una posición maoísta, defensora de la revolución cultural china, lo que inspiró su primer libro, Le Discours de la Guerre (1968). En los años siguientes, una evolución política radical le llevó a romper con el marxismo y se convirtió en jefe de filas de los llamados "nouveaux philosophes". En 1975 publicó La Cuisinière et le mangeur d'hommes, donde equiparaba el nazismo y el comunismo. Durante estos años defendió a los disidentes de los países comunistas y trabó amistad con Vaclav Havel, entre otros. Ya en los años noventa, fue de los primeros en denunciar las agresiones serbias en Bosnia, la actitud de Rusia en Chechenia y en apoyar las revoluciones de terciopelo en Georgia y Ucrania. En los últimos años defendió posiciones atlantistas y favorables a las intervenciones israelíes en Gaza.
Otros libros suyos son Le XI Commandement (1982), Dostoïevski à Manhattan (2002) o Le Discours de la haine (2004).
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