El acto se desarrolló bajo la amena fórmula de coloquio en el que tomaron parte Charles Powell (Director del Real Instituto Elcano), Simon Manley (Embajador de Reino Unido en España), José María Beneyto (Director de la Colección Raíces de Europa, en la que se inscribe la obra presentada) y Belén Becerril (Profesora de la Universidad San Pablo-CEU).
Las intervenciones de los participantes fueron dinámicas y reflexivas, mostrando una gran capacidad para relacionar, como sinónimo de hilvanar, pasado (Churchill) con presente inmediato (referendo del 23 de junio en el cual Reino Unido dilucidará si permanece o abandona la UE), estableciendo algunos escenarios de futuro. En este sentido, José María Beneyto afirmó que “la salida de Reino Unido sería una catástrofe pero aún así se podrían establecer fórmulas para que tuviera una presencia importante en la UE”.
En efecto, a partir de la mayúscula figura de Winston Churchill, la relación de Reino Unido con la UE fue objeto de estudio. Los intervinientes quisieron dejar constancia del apoyo que aquél brindó al proyecto de unidad europea desde sus orígenes. Al respecto, Simon Manley subrayó que la aspiración del aludido Primer Ministro británico fue la de crear “una Europa compacta, libre y pacífica”.
Con respecto a la consulta que celebrará su país el próximo 23 de junio, Simon Manley afirmó que Reino Unido será más fuerte si permanece en una Europa “reformada”, con la cual, añadió “ha mantenido siempre vínculos y ha compartido soberanía para defender mejor la libertad, la seguridad y la prosperidad”. Ante un posible triunfo del Brexit, el diplomático británico reconoció que ambas partes, Reino Unido y la UE, saldrían perjudicadas.
Posteriormente, Charles Powell, antes de ceder la palabra a Belén Becerril, quiso dejar constancia del estudio introductorio realizado por ésta, pues muestra la evolución del pensamiento de Churchill hacia Europa, resaltando que en 1961 apoyaba claramente el proyecto de integración europea, con todo su entramado institucional.
Belén Becerril, por su parte, subrayó la fascinación que le había producido Churchill, en particular por su clarividencia, la cual puede apreciarse, por ejemplo, en la redacción de sus propios discursos. En este sentido, puntualizó que no sólo fue un político de referencia, sino también un escritor de renombre, ganador del Premio Nobel de Literatura.
En cuanto a la relación de Churchill y Europa, señaló que el Primer Ministro británico dotó al proyecto europeo de legitimidad. Sobre su negativa a que Reino Unido tomara parte en el mismo, la Doctora Becerril afirmó que pudo deberse principalmente a la influencia que el Imperio (británico) tenía en la concepción de las relaciones internacionales manejada por el político tory.
José María Beneyto también coincidió en definir la figura de Churchill como “imponente y fascinante”, enfatizando que aportó una visión cultural e histórica de la identidad europea. A esta idea aludió Charles Powell cuando se refirió al carácter cosmopolita del protagonista de la obra “al que no le gustarían los tintes xenófobos y populistas que están adquiriendo los debates políticos en la actualidad. Él defendía la supremacía del Parlamento y de la soberanía parlamentaria”.
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