Año 22011. El descubrimiento en la Galaxia Shakespeare de un manuscrito, Los inmortales, suscita el interés y la indignación de los estudiosos de aquella lejana galaxia: seres perfectos, descendientes de los humanos, pero inmortales. A medida que los shakesperianos descifran el manuscrito, ven amenazada su certeza de que el humano terrestre vivió en un invierno de la evolución, azotado además por la miseria, la enfermedad y la muerte.
Pero ¿qué puede contener el manuscrito que aconseje su destrucción inmediata? En Los inmortales se describen las extravagantes andanzas de unos personajes elegidos para la inmortalidad: Manuel Vilas, que va a asistir a una reunión de poetas en la Luna en el año 2040; Ponti (de Pontífice, en referencia al papa Juan Pablo II), que viaja con Mother T (la madre Teresa de Calcuta); Pablo y Vin (Picasso y Van Gogh); Saavedra, protagonista de esta historia, un ser vitalista y poliédrico que esconde la inmortalidad del mismísimo Miguel de Cervantes; y el inolvidable Corman Martínez, el último comunista.
Los inmortales es un texto repleto de humor surrealista, que por momentos resulta cada vez más desternillante. En esta novela, Manuel Vilas asocia a personalidades históricas del arte, la literatura, la política, con actividades modernas banales como ir al McDonald's o comprar electrodomésticos en Media Markt. Todo ello escrito siguiendo una estética rabiosamente posmoderna en la que apreciamos cómo la alta cultura se degrada.
A su vez, ésta es una novela protagonizada por distintas parejas en las que todo es simétrico o antitético, constituyendo así unos juegos de espejos que van dando forma al texto. Todas estas parejas que pululan por la novela están construidas a la imagen y semejanza de don Quijote y Sancho, una pareja en la que la rutina de la identidad y la soledad desaparecen, como Vilas ha querido demostrar en el resto.
Con el título de Los inmortales, Vilas ha querido reflejar lo que los hombres y mujeres del siglo XX han pensado acerca de lo que era ser inmortal desde la cultura, desde el punto de vista del arte, desde la literatura, la religión o la política.
En definitiva, ésta es una novela que consolida una poética rabiosamente posmoderna y que apuesta por una literatura de fuerza en la que conviven la alta cultura y la sabiduría popular, dando lugar a una obra que construye una defensa contra todos los temores derivados de la condición humana.
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