Por Paco Codeseda
La editorial Destino nos trae Años de prosperidad, libro escrito por Chan Koonchung que nos relata la historia de un grupo de disidentes que, en una China donde todo el mundo parece vivir feliz, tratan de averiguar por qué un mes entero ha sido eliminado de la historia oficial.
China, año 2013. El país parece vivir al margen de la crisis económica que ha sumido al resto del mundo en una larga recesión y planta cara con orgullo a la situación de inestabilidad internacional. Sus ciudadanos desbordan felicidad y parecen estar totalmente satisfechos con su vida, encantados de disfrutar de los años de opulencia que les ha tocado en suerte disfrutar. Aunque, como pronto descubrirá Chen, un escritor taiwanés que vive en Pekín, hay algo que no encaja del todo en esa armonía. Dos viejos amigos de su época estudiantil con los que se rencuentra por casualidad le darán la clave de lo ocurrido: poco después de iniciarse la crisis internacional, un mes entero desapareció de los recuerdos de la población; un mes en el que el país experimentó rebeliones, saqueos, escasez de alimentos y una dura ley marcial. Poco a poco, Chen se deja convencer por sus dos amigos de que algo turbio se esconde tras ese olvido colectivo, quizá la mano negra de un gobierno empeñado en tapar con felicidad los peores recuerdos.
Por tanto, nos encontramos ante una nueva era de prosperidad y gloria en China que se ha producido en un momento de grave crisis mundial sin que nadie sepa lo que ha pasado, pese a que sus consecuencias (como la total ausencia de críticas al gobierno, la satisfacción plena de loa ciudadanos o el vertiginoso crecimiento que el gigante asiático ha sufrido) son claramente notables.
De este modo, el autor busca acercarse a una generación de jóvenes chinos que apenas sabe nada de la auténtica historia y que vive completamente desinformada, controlada y censurada. Así, el argumento de la obra realiza un espectacular paralelismo con la masacre ocurrida en la Plaza de Tian’anmen en 1989, ya que la historia de China parece saltar de 1988 a 1990 con un enorme vacío de por medio, al igual que pasa en esta novela.
De esta manera y a modo de monólogo interior, diario íntimo y crónica documental, Años de prosperidad ahonda en la denuncia, pero también reflexiona sobre la necesidad de la amistad y el amor para la supervivencia del hombre. Esto viene reflejado en el propio protagonista quien, en la madurez de su existencia, tiene dos objetivos: escribir una novela y encontrar el amor de su vida. Además, el protagonista se mimetiza con el autor y ambos parecen dialogar en una búsqueda de verdades, ideales perdidos y respuestas a interrogantes vitales.
En definitiva, nos encontramos ante un ensayo sobre la situación económica de China, un interesante estudio sociológico sobre la evolución de la ciudadanía del país en los últimos años, un compendio de los principales acontecimientos políticos de la región asiática y una reflexión moral y ética sobre la libertad y la verdad.
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