Quizá, lo que vio en Polonia no le gustó mucho, quizá por ello decidió emigrar. “Es un país donde quieren prohibir el aborto, incluso si ocurre de manera natural, imputan a la mujer porque no puede demostrar si así ha sido”, recuerda, pero su crítica no acaba ahí: “es un país bastante deshonesto, todo gira en torno al catolicismo. La Iglesia está obsesionada con la entrepierna pero, al final, todo se perdona. “No existe mucha ética”, diagnostica.
A partir de esa premisa, casi toda la historia del cristianismo cambiaría, es una idea que le llevaba rondando por su cabeza desde hace veinte años, cuando escribe su novela más famosa, “Santa María del Circo” y hasta hace un par de años no ha podido desarrollarla porque no encontraba la solución para la trama, para ello ha estado más de un año leyendo exclusivamente los Evangelios y la Biblia. “Es uno de los grandes clásicos de la literatura y yo recomiendo fervientemente leerlo, al igual que el Quijote”, señala en la entrevista que mantuvimos en la sede madrileña de la editorial Alfaguara.
Después de ese largo periodo de documentación, donde prácticamente no leyó otros libros, “Evangelia” lo concluyó en Lisboa, la ciudad en la que vive y donde está encantado. “La luz de la ciudad es una de las cosas que más me gusta”, apunta con su acento mexicano que no ha dejado traslucir en el texto. “Mi escuela es la del siglo de Oro español, por eso no utilizo los ismos tan característicos de mi país”, explica.
Le gustaría que la novela fuese polémica: “el mayor logro de un novelista es que hablen de su obra. Yo quiero que hablen de la mía, que abra un debate sobre los temas del catolicismo que no están lo suficientemente explicados y en los cuales hay muchas contradicciones. La religión están vigente como tema debate y la existencia de Dios está en entredicho, por eso creo que debemos de reflexionar sobre estos temas tan vigentes”, expone razonadamente y espera que su libro sirva para ello, para hablar con calma sobre esas contradicciones que están en la Biblia.
“A veces cuesta trabajo separar los cuentos de la Biblia. Los textos se escribieron hace más de 2000 años y fue cuando se comenzaron a traducir al griego cuando se manipularon”, detalla con soltura y añade “yo no podía escribir como lo hacen los evangelistas sino que lo tenía que hacer como un novelista”. “Un novelista no puede tener contradicciones, el evangelista, sí”, proclama seguro y convencido.
Las traducciones al griego produjeron muchos errores. “Se tradujo, muchacha, como virgen, de ahí los errores de interpretación sobre la virginidad y la vida de María. Algunos historiadores mantienen que José era ya un anciano cuando quedó al cuidado de María. Además, los hermanos de Jesús, no sabemos si fueron sus hermanos pequeños o hijos de José de un anterior matrimonio”, revela en la charla mantenida.
No le gustaría que su novela crease demasiada polémica, como no le gustaría que le comparasen con la película de Monty Python, La vida de Brian. “Ni siquiera he visto la película. No soy gente de cine”, indica. No le importaría que comparasen su libro con “La última tentación de Cristo” de José Saramago. Pero como hemos escrito antes, cree que estas comparaciones pueden aportar luz a unos hechos que se han tratado más como leyenda que como historia.
“Los evangelistas tratan a Jesús de dos maneras diferentes. En unos evangelios nos encontramos con un Cristo muy amoroso y en otros más fuerte e iracundo, como el Yahvé bíblico”, menciona. En su texto nos encontramos con una protagonista más amorosa, en contraposición con su hermano Jacobo, al que vende la primogenitura.
Evangelia sigue por un camino distinto que los evangelios. Al ser mujer, hay ciertos pasajes que no tienen sentido como la huida a Egipto. También hay que tener en cuenta que a las mujeres no se las dejaba entrar en el templo, luego hay capítulos que no pueden ser iguales a los de los evangelios. “Estaba prohibido que las mujeres leyeran la Torah, sólo el 10% de los hombres sabían leer”, cita.
Pedro, es para David Toscana, el Sancho Panza de los evangelios y Juan el Bautista un pendenciero que tenía más seguidores que el propio Jesús, como lo atestigua Flavio Josefo en sus escritos. Incluso en alguno de los evangelios se da razón de alguna “apóstola”, que seguía a Jesús, aunque no estaba entre los doce conocidos, sino en un nivel inferior.
Todos estos temas contradictorios en los evangelios, cree el autor mexicano, deberían ser tratados de manera diferente a la luz de los textos bíblicos. “La sociedad avanza y la Iglesia Católica se ha quedado atrás, hay demasiada homofobia en ella”, concluye el autor de “Evangelia” que pese a lo que pueda parecer, ha tratado con el máximo respeto las creencias de los evangelios. Tan sólo ha propuesto un nuevo enfoque protagonizado por una mujer y lo ha hecho con solvencia y con un toque de ironía y humor que hacen que la lectura del libro se haga muy interesante.
Puedes comprar el libro en: