En esta entrevista con su autora, hemos comentado temas relacionados con la novela como los libros que le dan título, la corrupción en la Lusitania de la época o las curiosidades que Maribel Carvajal ha descubierto durante su proceso de documentación.
¿Qué le llevo a escribir La ciudad de los Libros Prohibidos?
Materializar mis aspiraciones creativas.
¿Por qué decidió ambientarla en la Mérida del Imperio Romano?
Pertenezco al Programa Mecenas que es una iniciativa surgida del Consorcio Ciudad Monumental de Mérida (organismo público que gestiona el patrimonio de Mérida) dirigida a que los particulares puedan participar en la difusión y revalorización del patrimonio emeritense. En ese sentido, he participado en sus múltiples actividades y he estado en contacto con este mundo romano. Me pareció un proyecto interesante contribuir desde la palabra a la difusión de la ciudad aprovechando el ingente material del que se dispone al respecto en el Consorcio, contando con que, además, también El Museo Nacional de Arte romano es un baluarte firme e insigne al que acudir y en el que documentarse.
En esa pretensión de situar los escenarios del mundo romano en Augusta Emérita y darla a conocer a los lectores y a los amantes de la historia nace La Ciudad de los Libros Prohibidos.
De lo que haya descubierto de la Augusta Emerita de la época en la que transcurre la novela ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
Una de las cuestiones más llamativas, quizás por su diferencia con el momento actual, es que los magistrados locales gobernaban por pares, había dos duunviros, dos ediles y dos cuestores.
Quizás también, pero esto es más general en todo el Imperio romano, no exclusivo de Augusta Emérita, el carácter práctico que para los romanos tenía la religión, adoptaban los dioses de los territorios que iban conquistando para que éstos no les fueran hostiles.
Esa visión de la religión al servicio del Imperio me parece bastante curiosa.
¿Cuál era la importancia en Roma de los Libros Sibilinos?
En Roma había muchos colegios sacerdotales puesto que muchos eran los dioses que componían sus creencias, presentes en los mínimos actos de la vida pública y privada.
El colegio de los quindecenviros eran los autorizados para interpretar los Libros Sibilinos a los que acudía el Senado para aplacar la cólera de los dioses que se materializaba en las sediciones, los desastres de guerras epidemias, los temblores de la tierra, los fenómenos paranormales. Según Tácito, historiador romano de esta época en que se narra La ciudad de los Libros Prohibidos, en cuanto a la influencia de los colegios sacerdotales, él cita primero a los Pontífices, después a los Augures y luego a los quindecenviros. Los Libros Sibilinos existen con mayor o menor importancia hasta el año 400 d.C. en que se destruirán.
¿Por qué decidió incluirlos como parte del título de la novela?
Es una de las tramas que se mantienen a lo largo de toda la novela hasta el final y que acompaña a la historia de amor. Me la sugirió la Editorial Kailas.
¿Cuál de los personajes de la novela le ha costado más construir?
Han sido unos personajes muy obedientes y no me han dado muchos sustos. Si tengo que destacar en este sentido alguno, quizás Halys el liberto imperial, porque en principio lo creé encomendándole otro destino y luego necesité justificar el porqué de su manera de actuar.
¿Hasta qué punto llegaba la corrupción en la Lusitania de esta época?
Esta trama en torno a la corrupción es pura ficción. Me pareció muy a propósito del momento actual y me servía para envolver de misterio, que siempre ayuda a la lectura, el mundo de la política que me apetecía mucho retratar en esa época.
Además también me sirve para crear a Sexto Furnio Juliano el héroe protagonista que perseguirá la justicia.
¿Resultaba muy complicado denunciar la corrupción cuando estaban implicados la mayoría de altos cargos?
Volvemos al sentido común y al mundo de las suposiciones. Sí, muy difícil supongo, por eso Furnio no es sólo un personaje que obra correctamente, en ese entorno se convierte en un héroe. Y cito de la página 567 del libro un pequeño texto apropiado a la pregunta “Valerio Hymino ni siquiera olería el riesgo de corromperse sin tapujos, si dinero había de por medio, pues ya llevaba muchas ilegalidades que, con el refrendo impune del paso del tiempo, se estaban convirtiendo en derechos adquiridos por él.”
¿Cómo ha sido para usted construir varias investigaciones en una época en la que las formas para conseguir pruebas eran muy limitadas?
La ficción siempre acude en tu ayuda, necesitas y vas inventando.
En la novela, muchas conclusiones se obtienen sin datos probatorios, a veces, he tirado de confesiones que resultaran creíbles dadas las circunstancias.
¿Y cómo ha sido dar forma a un amor tan apasionado como el que surca las páginas de La ciudad de los libros prohibidos?
El amor no podía faltar, mueve la vida. Esta trama siempre la he tenido clara en mi cabeza, me refiero de forma general, a la traición que iba a suceder entre los tres personajes jóvenes. Me interesaba mucho plasmar la contradicción que se iba a generar sobre el valor de la amistad y también sobre el deber, y me refiero al papel que el pater familia debía cumplir al respecto de su función como cabeza de familia en el tema de los hijos. De nuevo, pongo a Furnio entre lo que dicta su conciencia y lo que dicta su corazón y lo someto a sufrimientos infinitos.
He intentado con esta historia que se pueda comprender la complejidad de ciertas decisiones que se toman. Todos, en general, deberíamos juzgar menos.
¿Hasta qué punto se mezclan realidad y ficción en la novela?
Los lectores me preguntan sobre variadas cuestiones…, ¿esto es verdad o mentira? Más allá del interrogante en sí, esto me lleva a pensar que se han mezclado bien las dos partes. Estoy dispuesta a responder a todos los lectores interesados en conocer cualquier duda que les surja en ese sentido.
De forma general, te diré, que la parte histórica que sucede en Roma sobre quién ocupará el poder del imperio y cómo llegará hasta él, es verdad. Sacando fuera de esa parte a Diophanes, Marco Emilio y Halys.
El retrato de la sociedad es real: los órganos de gobierno municipal y provincial, el urbanismo de Augusta Emérita, la procesión de culto imperial, la representación en el teatro, las carreras de carros en el circo, sus visitas a las termas, sus celebraciones religiosas, el funeral que se describe, y también los nombres de ciertos personajes que ocuparon asimismo los cargos con que aparecen retratados en la novela como: Sexto Furnio Juliano, Sulpicio Superster, Julio Ploto, el médico Publio Sertorio Niguer, el joyero Alexander, Aulo Gayo.
También quiero precisar al respecto de los Libros Sibilinos que el colegio de los quindecenviros es el grupo que más influyó en la evolución de la religión, puesto que su cometido era proteger e introducir los cultos extranjeros en Roma, desde los dioses griegos hasta los misterios orientales y que en La ciudad de los Libros Prohibidos se utiliza el colegio en sentido contrario, para poner de relieve la intolerancia religiosa.
¿Está trabajando en algún nuevo proyecto literario?
Sí, estoy en la fase de documentación de una nueva novela histórica. La situaré en Augusta Emérita, capital de la Diócesis de las Españas del Imperio romano en el siglo IV d.C. momento de gran conflicto entre la caída del mundo pagano y el nacimiento del cristianismo como única religión del Imperio.
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