Podríamos pensar que a lo largo de la historia han sido muchos, pero eso no es así. La verdad es que se pueden contar con los dedos de una mano: únicamente hay un santo, Domingo Savio, y tres beatos, Laura Vicuña y Francisco y Jacinta, los dos pastorcitos de Fátima, inseparables de su prima Lúcia, quien murió a avanzada edad. Además, hay muchos otros niños candidatos a la santidad cuyos procesos están avanzados y, a buen seguro, no tardarán en subir a los altares; pero esto sólo se menciona en el prólogo como dato interesante ya que el libro se centra en aquéllos que ya han sido beatificados o canonizados.
Santos de pantalón corto es una obra dividida en tres partes, una para cada caso exceptuando el caso de Fátima, en el que ambos beatos comparten el capítulo. El caso de Domingo Savio es el más relevante para la Iglesia, ya que aparte de pequeños milagros entre los cuales destacaron la localización de gente moribunda en la ciudad de Turín que requería urgentemente la extremaunción, supuso una revolución en el interior del clero debido a que, con su muerte y sus últimas acciones, busca animar a los demás para que se conviertan y a que no cesen en su empeño de ser santos cómo él. Además, la historia se estructura de forma que el misterio por conocer al tercer personaje que participa en el milagro, además de Domingo y Dios, se mantiene hasta las últimas líneas de esta, por desgracia, breve, biografía.
El caso de Laura Vicuña, lejos del Viejo Continente, se localiza en la región andina, en la que una niña muy aplicada en sus estudios y que vive por y para Dios, es capaz de sacrificarlo todo ante sus creencias por lo que más quiere y redimir los pecados de otros a través de la dedicación de su vida a la religión. Con testimonios de su madre superiora y abundante bibliografía acerca de la historia de Latinoamérica de esa época, la historia se estructura muy bien, en combinación con datos del contexto, entre los cuales, lamentablemente, encontramos guerras y explotación y abusos de manos de los caciques, por lo que la beata no tuvo una vida nada fácil y cualquier mejora que pudiera conseguir con la oración o con su dedicación se hacía realidad gracias a sus acciones.
El caso de la aparición de la virgen en Fátima a Lúcia, Francisco y Jacinta es quizá el mejor documentado de los tres, ya que la primera, quien no murió de niña, redactó en sus memorias sus visiones de ángeles y de la Virgen, las cuales no confesó ni bajo la presión psicológica a la que los tres fueron sometidos en su infancia. La importancia de estas memorias ha sido bastante grande en el Vaticano y han sido leídas por los Pontífices y que han sido clave en los procesos de beatificación.
En definitiva, una original e interesante novela sobre las vidas de estos jóvenes santos que nos narran su participación en el mundo de los milagros.
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