El pasado miércoles 24 de febrero tuvo lugar en la sede de la Fundación Rafael del Pino (Madrid), la presentación de la obra de Javier Rupérez "La mirada sin ira", editada por Almuzara. El acto congregó a personalidades de la historia (política, económica y cultural) de España, lo que unido al numeroso público que asistió, provocó que fueran precisas varias salas accesorias para dar cabida a todas ellas.
El acto no decepcionó. En un primer momento tomaron la palabra José Luis Zavala (Presidente de la Fundación Transición Española) y Manuel Pimentel (Presidente de Almuzara). Ambos glosaron de forma resumida la trayectoria vital y política del protagonista, enfatizando que ha sido un “servidor público y de España”. Tras ello, tuvo lugar el coloquio entre Javier Rupérez y el periodista de ABC Ramón Pérez Maura, caracterizado por su carácter dinámico y ameno.
En efecto, Pérez Maura buceó en la figura de Rupérez, al que formuló un buen número de preguntas en las que aunó pasado y presente, sin descuidar algunos escenarios de futuro. En este sentido, cabe destacar que el autor respondió a cada una de las cuestiones planteadas, lo que permitió a los asistentes obtener un conocimiento adecuado del contenido que hallarán en la obra.
Asimismo, Pérez Maura tuvo la virtud de acercar aquellas partes de la vida de Rupérez que para los más jóvenes podrían resultar desconocidas, como por ejemplo, su participación en la publicación Cuadernos para el diálogo (rindiendo un sentido homenaje a Joaquín Ruiz Giménez) o su secuestro por ETA en 1979, siendo uno de sus captores Arnaldo Otegui. Sobre este asunto, Rupérez condenó que en la actualidad, determinados sectores de la sociedad española presenten a Otegui como “el Mandela vasco”, ya que ello hiere “los sentimientos del pueblo español”.
Avanzada la conversación entre Pérez Maura y Rupérez, éste enfatizó su histórico atlantismo (manifestado, por ejemplo, en que siempre defendió que España se integrara en la OTAN). Con respecto a su etapa como Embajador en Estados Unidos, hizo un acertado retrato de la sociedad norteamericana y de George W. Bush. Sobre este último, profirió juicios y opiniones alejadas de la corrección política, destacando que el programa con el que se presentó a las elecciones de 2000 se cimentó en el “conservadurismo humanitario”, si bien tras el 11-S se vio obligado a alterar su agenda de objetivos.
Asimismo, valoró positivamente los gobiernos de José María Aznar, de quien precisó que dio a España un proyecto y un sentido de pertenencia del que carecía hasta entonces.
En definitiva, a través de La mirada sin ira conoceremos aspectos sobresalientes del pasado español inmediato. Igualmente, nos ofrecerá respuestas para afrontar de manera eficaz los dilemas que nuestro país debe encarar en el corto plazo.
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