PRESENTACIONES

El catedrático José Manuel Lucía Megías presenta la primera parte de su biografía de Cervantes

José Manuel Lucía Megías y Melquiades Prieto (Foto: Javier Oliaga).

EDAF publica “La juventud de Cervantes. Una vida en construcción”

“He querido quitar las capas al mito de Cervantes para encontrar al hombre”

Javier Velasco Oliaga | Sábado 13 de febrero de 2016

Qué mejor que un almuerzo cervantino para festejar la aparición de la primera parte de la nueva biografía de Miguel de Cervantes, que ha escrito el catedrático y cervantista José Manuel Lucía Megías, un auténtico erudito en la vida y en la obra de nuestro más insigne autor, precisamente ahora que el 22 de abril se conmemoran los cuatrocientos años de su muerte.



Huevos cervantinos, migas manchegas sobre un fondo de queso batido gorgonzola y leche frita con torrija, fueron los platos seleccionados para tan opíparo almuerzo. Los periodistas no sabían muy bien si atender a los manjares cervantinos o a las explicaciones del catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense. El menú fue en Casa Alberto, local que se levanta en el mismo lugar donde Cervantes escribiera su Viaje del Parnaso. Allí nos ofrecieron una reconstrucción de unos de los bocados más populares de la época en que el autor de El Quijote deambulada por estas mismas calles madrileñas.

José Manuel Lucía Megías ha sido designado comisario responsable del mayor acto que se va a realizar para conmemorar la efemérides Cervantina, que es la exposición que en honor a Miguel de Cervantes se va a realizar en la Biblioteca Nacional y que se inaugurará el próximo 2 de marzo y que permanecerá en la biblioteca más importante de España poco más de un mes.

La biografía de Miguel de Cervantes, de la que ahora se publica la primera parte, "La juventud de Miguel de Cervantes. Una vida en construcción. (1547-1580)", trata de romper la idea de una biografía completa de Cervantes. Está escrita con un lenguaje muy accesible y con gran cantidad de imágenes y de contendido de apoyo que hacen su lectura muy interesante.

Miguel de Cervantes fue un joven de familia humilde que lo que quería ser era, como cualquier joven de la época, secretario de la corte o soldado, de ahí que se preparase con su profesor López de Hoyos, pero lo que realmente le gustaba era escribir. “Cervantes escribía desde muy joven”, apunta el profesor en la presentación de su libro a los medios de comunicación.

“He querido quitar las capas al mito de Cervantes para encontrar al hombre”, explica José Manuel Lucía Megías y añade: “he querido recuperar los documentos en los que él habla de sí mismo y no lo hace como un historiador ni como un biógrafo, lo hace como persona. He hecho un trabajo de policía en sus documentos y un análisis de los retratos suyos”.

De los pocos documentos donde se describe a Cervantes, el más interesante es la descripción que de él hizo Lope de Vega: llevaba gafas como Quevedo, como huevos estrellados. “Eso es algo que no aparece en ningún imaginario y en los retratos que se hicieron basándose en descripciones en ninguno aparece con gafas”, cuenta el autor de esta nueva biografía. Además se conservan poco documentos autógrafos de Cervantes. “Tan sólo hemos encontrado 11 documentos”, informa el famoso cervantista.

En opinión del autor, Cervantes era un personaje muy irónico, que busca fortuna en América y luego en la Corte de España. Al no conseguirlo, decide alistarse en los Tercios de Italia”. Cervantes, en su vida, tuvo curiosas ocupaciones. Una de ellas fue recaudador de impuestos para la mal llamada Armada Invencible o Gran Armada.

En el libro se trata desde su nacimiento en 1547 hasta su vuelta del cautiverio de Argel en 1580 y según el autor en la biografía trata de “buscar al hombre pero sin menospreciar al personaje y al mito”. La época de Argel es la más oscura de su vida. Sabemos que estuvo involucrado en cuatro intentos de fuga. En todos ellos fue atrapado. Algunos historiadores sostienen que el era un facilitador de fugas de otros prisioneros y puede que tengan razón”, sostiene el catedrático.

El gran negocio de Argel era el cautiverio. “Era la ciudad más cosmopolita del mundo y allí Cervantes se desenvolvió con relativa facilidad”, señala José Manuel Lucía Megías. Cervantes aprovechó todas las oportunidades que tuvo allí. “Argel fue el eje de su vida y le costó abandonarlo, era una tierra de oportunidades”, expone.

Para la segunda parte deja algunos de los misterios de la vida de Cervantes. Uno de ellos es que el Quijote fue un libro de encargo del librero Francisco de Robles, que puso a la venta en su local tanto el Quijote como las Novelas Ejemplares o que sin la publicación del Quijote de Avellaneda no habría escrito la segunda parte porque estaba con el Persiles. “La venganza de Cervantes sobre Avellaneda fue que nadie sabe el verdadero nombre suyo y que consiguió que no se reeditase su obra”, finaliza José Manuel Lucía Megías. La segunda edición no fue hasta el 1732, mucho después de la muerte de Miguel de Cervantes.

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