El reconocido hispanista y escritor británico Henry Kamen presentó su último libro, "Fernando el Católico. 1451-1516: Vida y mitos de uno de los fundadores de la España moderna", la biografía sobre la figura de un monarca más conocido por su leyenda que por la realidad, publicada por La Esfera de los Libros. Para él, la gran virtud del protagonista de esta obra es el ser el «iniciador de una gran aventura» y también ser el artífice de logros que se atribuyen a su esposa.
El autor británico afincado en Barcelona explicó las dificultades para la escritura de este trabajo, debidas, principalmente, a la escasa documentación existente sobre la época en que gobernó Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico. «Por aquel entonces, ni siquiera los reyes o los nobles sabían escribir, lo que dificultaba poder recoger los hechos o disponer de archivos». A pesar de todo, intentó componer la biografía de quien estuvo eclipsado por otra figura: su mujer, Isabel I de Castilla. «Fernando tuvo que competir con Isabel, que gozó de mayor reconocimiento en su época, y eso contribuye también a que lo que se conozca sobre la figura del primero sean sobre todo exageraciones y leyendas. Un Fernando más mítico que real».
Para Kamen, Fernando el Católico es un monarca un tanto «marginal» para la historiografía europea, aunque «importante para el desarrollo de España». Según el historiador, no debe ser considerado un gobernante maquiavélico como muchos lo han querido retratar en su época y a lo largo del tiempo (está muy extendida la creencia de que el propio Maquiavelo lo utilizó como figura de inspiración para su clásico El príncipe). «Maquiavelo se inventó una imagen de Fernando, a su gusto. Pero él no era un personaje diabólico. Por ejemplo, no estaba exento de moralidad, murió bastante pobre y no gastó mucho dinero como otros políticos o gobernantes en su posición habrían (y han) hecho».
Sobre el papel del monarca respecto al propósito de unificar España, poco podía saber Fernando sobre ello cuando ni siquiera hoy en día tenemos claro qué significa eso. «España todavía no existe», afirmó. «Fernando e Isabel no cambiaron nada en la estructura básica de España, que estaba compuesta por principados. En esta época, todos los países son matrimonios entre familias, no el resultado de conquistas, administraciones o ejércitos. Pero sí podría decirse que dejaron dibujado el camino, el comienzo. Aunque España sigue siendo una combinación de principados y repúblicas», ironizó.
Hablando de la situación actual catalana, señaló que la petición de independencia es «una pretensión seria, tras la que hay un deseo histórico de expresar la identidad de los que allí viven». «Aunque nadie ha estudiado si existe una documentación que justifique este sentir, han falsificado la historia de Cataluña para conseguir sus propósitos», matizó el autor de España y Cataluña, su anterior ensayo en el que ya abordaba esa tesis.