La escritora y poeta Marina Casado ha presentado su nuevo libro “El barco de cristal”, donde reúne dos de sus grandes pasiones, la literatura y la música, con un denominador común: la poesía, como nexo de unión. Marina toma prestado el título del libro de su cantante y poeta preferido, Jim Morrison, cantante del legendario grupo The Doors, uno de los mejores que ha habido en el mundo del rock.
El barco de cristal fue una de las primeras canciones que grabó The Doors para su primer álbum, que vería la luz en 1966. Este disco, quizá el mejor de la formación, tenía una frescura y un atrevimiento como nunca se había visto hasta aquellas fechas. En esa canción se fijó
Marina Casado para dar nombre a su sección del programa radiofónico El Marcapáginas, de Gestiona Radio y que con mano maestra dirige el periodista y filólogo David Felipe Arranz, con el que comparte editorial.
“La última estrofa de esta canción, que traducida dice así: `El Barco de Cristal se está llenando de miles de chicas, miles de emociones, un millón de formas de pasar el rato. Cuando regresemos, dejaré caer un verso’. Así termina la letra, compuesta por Jim Morrison, líder de los Doors, que es una figura a la que dedico un lugar privilegiado en el libro (de hecho, aparece en la portada), porque además de estrella de rock fue poeta y gran lector, y todo ese bagaje cultural se refleja en las letras de sus canciones”, nos cuenta la autora.
De las ondas pasó a la red y sus artículos, tuvimos la suerte de poder publicarlos con un gran éxito de entradas. Su último y definitivo paso fue darlo forma en una libro con una continuidad temporal. El resultado es El barco de cristal, donde desmenuza las grandes letras con las que poetas metidos a cantantes o a la inversa han sabido emocionar a millones de oyentes que en el libro podrán volver a gozar con un análisis literario preciso e innovador.
Como no podía ser de otra manera, la presentación comenzó con los sones de la canción de Jim Morrison interpretada por el grupo Strange Days, que hizo una versión sentida del tema. Después habló el profesor Emilio Blanco, que hizo un recorrido pormenorizado del libro, demostrando que no era un presentador solapero, sino una persona que había atendido y entendido todas las motivaciones de la obra. Terminó su intervención y se escucharon los compases de una de las canciones más celebres de Elton John, “Goodbye Yellow Brick Road”del año 1973 con reminiscencias de la novela El Mago de Oz de Frank Baum que en la canción muestra al mago como un auténtico fraude y que daría paso a la intervención de la autora madrileña.
Después de los consabidos agradecimientos,
Marina Casado nos desveló algunos de los secretos de su libro. De aquellos artículos, que gustaban mucho, una casualidad hizo que Juan Corral, a quien conoció en el programa, tuviese la estupenda idea de traspasar aquellas intervenciones al mundo editorial. En la última estrofa de la canción, tan propia del Jim Morrison poeta, visualizó una bonita alegoría en la que el barco representa la música rock, gobernada por capitanes de la talla de Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis… Y más adelante, los Beatles. ¿Por qué ese barco es de cristal? Porque el cristal permite ver que las tripas de ese barco de rock están hechas de literatura, que detrás de las letras de canciones que se han hecho famosas están las lecturas de sus autores, hay guiños a obras y a escritores. Y es que, a pesar de lo que pudiéramos creer, los grandes rockeros fueron también grandes lectores y algunos incluso escritores. Rock y literatura caminan de la mano.
“La literatura y el rock son, además, mis dos grandes pasiones. Más que rock, la música en general, y de eso tienen mucha culpa mis padres, porque yo en casa, desde siempre, he escuchado la música que ponían y me he ido aficionando e interesando. Somos muy musicales en casa. Y de la parte del rock, en concreto, le debo mucho a Juan, mi hermano, porque fue él quien lo descubrió primero y el que pudo guiarme a mí”, desgrana ante un auditorio atento y entregado.
Para
Marina Casado hay un grupo con el que ha pasado al contrario: se lo descubrí yo y él ya me ha acompañado a algún que otro concierto. Estoy hablando de Duncan Dhu, el dúo donostiarra formado por Mikel Erentxun y Diego Vasallo que tuvo su etapa dorada en los ochenta y que en 2013 sus componentes se volvieron a unir para sacar un nuevo álbum: “El duelo”. Aparecen mencionados en el libro, en la sección de rock nacional (el libro se divide entre internacional y nacional) porque tomaron el nombre del grupo, Duncan Dhu, de una novela de 1886 de Robert Louis Stevenson titulada Secuestrado. Además, en una de sus canciones más famosas hacen un homenaje al París de Baudelaire, al París bohemio de pintores y de escritores del siglo XIX. Me estoy refiriendo al aclamado single de 1987 “Una calle de París”.
En la presentación no se podía pasar por alto la importancia que tuvo la Generación Beat en el rock. Escritores norteamericanos como Jack Kerouac, Allen Ginsberg o William S. Burroughs. Precisamente este último fue una de las grandes influencias, y se dice que el nombre del género del heavy metal viene de un personaje de su novela “La máquina blanda”, el “chico heavy metal”. Burroughs escribió además en 1953 el que se convertiría en libro de cabecera de Kurt Cobain, el malogrado vocalista de la banda de finales de los ochenta y principios de los 90 Nirvana, pionera del movimiento grunge. El libro se titulaba Yonqui. Kurt Cobain era un lector empedernido y en varias de sus letras, por ejemplo, homenajea la famosa novela de Patrick Suskind El perfume. Pero concretamente por William Burroughs sentía adoración. Burroughs había calado hondo en el líder de Nirvana durante su adolescencia, cuando leyó su novela El almuerzo desnudo (1959), que trata de las experiencias del propio Burroughs con diversas clases de drogas.
Kurt Cobain y William Burroughs mantuvieron un encuentro en 1993, pocos meses antes de morir. El escritor contaba entonces ochenta y tres años y destacó de aquella reunión “la expresión moribunda de sus mejillas”. Según él, cuando Kurt fue a visitarlo a su domicilio de Kansas en octubre de 1993, “ya estaba muerto”.
La adoración de Cobain por Burroughs era tan inmensa que incluso le pidió que protagonizara el videoclip de un tema perteneciente al álbum de 1993 In Utero -algo a lo que el poeta se negó-. La atrevida idea de Cobain era que Burroughs apareciera como un viejo Cristo yonqui crucificado. El título de dicha canción es “Heart-Shaped Box”: “Caja con forma de corazón”.
Después, un repaso a la canción de Dire Stairs, Romeo y Julieta y como colofón,
Marina Casado se fijó en uno de los temas de una de las bandas más grandes de la historia del rock y sin duda la más longeva: The Rolling Stones. Mick Jagger no se quiso quedar atrás en esto de incorporar guiños a obras literarias en sus letras, y como ejemplo tenemos una de sus canciones más famosas, de 1968. Sobre ella, el propio Jagger ha confesado que se inspiró en la poesía del poeta francés Charles Budelaire. Pero la referencia más obvia es la de la obra de 1941 de Mijail Bulgakov El maestro y Margarita, libro prestado a Jagger por su novia de aquel entonces, la cantante y actriz Marianne Faithful. En esta novela hay un personaje con aires de gentleman que es, en realidad, el Diablo.
En la canción de los Rolling, la voz lírica se presenta como el responsable de todos los crímenes que han tenido lugar en la historia, pero respetando ese aire de elegancia y distinción. Su nombre solo lo dice en el título de la canción: “Sympathy For The Devil”, que se traduce como “Comprensión hacia el diablo”. Dice en la última estrofa este curioso personaje:
Así que, si me conoces, sé cortés,
ten un poco de comprensión y algo de paladar;
demuestra tu bien aprendida “politesse”…
¡o haré que se te pudra el alma!
¡Qué mejor final para entender la relación entre música rock!
Marina Casado ha sabido conjugar algo que parecía lejano, y no lo es tanto, de una manera cercana y atractiva.
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