El reconocido autor e historiador británico Roger Crowley ha presentado en Madrid su nuevo libro titulado "Especias", donde explora la fascinante historia del comercio de especias y su impacto en la Europa de los siglos XV y XVI. Durante su intervención, Crowley destacó la influencia de Marco Polo en el imaginario europeo y cómo su relato sobre Oriente despertó un profundo interés por las riquezas de esa región, a pesar de los obstáculos que enfrentaban los europeos en su búsqueda.
Según Crowley, al final de la Edad Media, Europa estaba ansiosa por acceder a las especias, pero se encontraba bloqueada por el Imperio Otomano. Este contexto llevó a los europeos a buscar nuevas rutas comerciales que les permitieran sortear este obstáculo. "La pregunta más crucial es por qué en el siglo XVI las especias se vuelven tan importantes", comentó el autor británicas, añadiendo que el interés por las especias era un reflejo de la necesidad de Europa de expandir su comercio y su influencia más allá del Mediterráneo.
El autor también mencionó la figura de Cristóbal Colón, quien, aunque conocido principalmente por su descubrimiento de América, también estaba interesado en encontrar una ruta hacia las especias. Crowley argumentó que Colón representó el inicio de un avance europeo hacia una proyección más atlántica, alejándose de las limitaciones del comercio mediterráneo. "Colón tenía un interés muy especial en tratar de encontrar una ruta que llegara a las especias", afirmó Crowley, subrayando la importancia de este objetivo en el contexto de la expansión europea.
Las especias, según Roger Crowley, eran la mercancía ideal para el comercio a larga distancia. "Son muy ligeras, duraderas y pueden sobrevivir a largos viajes marítimos", explicó. Además, el retorno de la inversión en especias era asombroso, alcanzando cifras cercanas al 1000%. Hay que recordar que cuando llegó Juan Sebastián Elcano a Sevilla, con las especias que trajo de su vuelta al mundo, se pudo pagar a todos los armadores y la corona tuvo significativos beneficios. Sin embargo, Crowley reconoció que resulta difícil para nosotros entender por qué las especias eran tan valoradas en aquel entonces. "Desde nuestra perspectiva actual, puede costar entender por qué le importaron tanto las especias a los europeos del momento", reflexionó.
El autor también hizo hincapié en la singularidad de las islas Molucas, que se convirtieron en el epicentro del comercio de especias. "En ese momento, nadie sabía exactamente de dónde provenían, pero los portugueses, al conquistar Malaca, descubrieron que al menos la fuente del clavo de olor estaba en las islas Molucas", explicó Crowley. Este descubrimiento marcó el inicio de una intensa competencia entre Portugal y España por el control de estas diminutas islas, que eran cruciales para el comercio de especias.
Las Molucas, según Crowley, son un lugar muy especial en la historia natural del mundo. "Solo hay cinco islas en el planeta donde crece el clavo de olor y, otras especias, solo crecen en tres de ellas", destacó. Esta particularidad geográfica y geológica de las islas Molucas fue fundamental para entender la importancia del comercio de especias en la época, así como la lucha por su control entre las potencias europeas.
El tornaviaje de Urdaneta cambió el mundo de la época
Además de las especias, que buscaron los españoles para rivalizar con los portugueses, los descubridores de Castilla se encontraron con el Océano Pacífico. “El problema era que podían viajar por el inmenso mar, pero no sabían como regresar a América. No fue hasta 1565 cuando Andrés de Urdaneta ideó el tornaviaje. Había pasado once años de su vida en las Islas Blancas y conocía aquellos mares muy bien. Era un tipo muy inteligente que estudió la meteorología del Pacífico y todas sus corrientes. Solventó el problema de los marineros españoles. Podemos afirmar que el tornaviaje cambió el mundo de la época”, relata el historiador inglés.
“Esto permite a los españoles construir un nexo digno entre América, Europa y Asia. Y la ciudad de Manila, en Filipinas, una ciudad que se dedicaba sobre todo al comercio con China, como otras posiciones portuguesas, como el caso de Macao. Toda una serie de nudos de un sistema de comercio global en el que los españoles jugaron un papel muy importante”, sostiene Crowley.
Para el autor británico, “la plata que disponían los españoles gracias a las minas de Potosí jugaba un papel fundamental, ubicando todo el sistema de comercio global. ¿Por qué? Porque los chinos habían cambiado su sistema fiscal y habían exigido que todos los impuestos se pagaran en plata. Los chinos tenían plata, los españoles tenían plata, el comercio comenzó a funcionar de esta forma”.
Roger Crowley cree que, además de la plata y las especias, “fue fundamental que se llevaran cultivos a otras partes del mundo que no existían anteriormente. También animales exóticos, por ejemplo, este famoso elefante por las calles Lisboa y otras ciudades europeas. Al final, la pieza que faltaba en todo el sistema mundial era el Pacífico y la búsqueda de las especias acercó el Océano a Occidente”.
“Nadie sabía que existía ni que tenía esa extensión tan enorme que realmente tiene. Y este es el mérito de los españoles, poner esta pieza que faltaba, hasta entonces. La gente no sabía lo grande que era el mundo. Y nadie se planteó su control o su descubrimiento hasta que los españoles lo hicieron y empezaron a navegar por él. Al final, los españoles no sé si se puede decir que conquistaron ese mar, pero creo que sí lo hicieron”, elucubra el historiador.
En conclusión, el libro "Especias" de Roger Crowley no solo ofrece una mirada profunda a la historia del comercio de especias, sino que también invita a reflexionar sobre cómo este comercio transformó la economía y la geopolítica de Europa en el siglo XVI. La presentación de Crowley fue un recordatorio de que las especias, más que simples condimentos, fueron el motor de una era de exploración y conquista que cambiaría el curso de la historia.