EVENTOS

Luis Miguel Román, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en la XXI Semana Cultural de Quintanar de la Orden

Luis Miguel Román Alhambra
Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan | Lunes 28 de octubre de 2024

Dentro de la vigésima primera edición de la “Semana Cultural en torno a Miguel de Cervantes, su obra y Quintanar de la Orden”, organizada por la Asociación Cultural “Santiago Apóstol”, Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, ha impartido una ponencia con el título Lugares, caminos y parajes de la Mancha. Contexto geográfico real en la ficción del Quijote.



En la Sala “La Encina” del Centro Príncipe de Asturias de la localidad toledana de Quintanar de la Orden, Luis Miguel Román Alhambra, trasmitió su pasión a la lectura del Quijote y cómo, escuchando a la Asociación Amas de Casa de Alcázar en su taller de lectura del Quijote, entendió la verdadera forma de leer y entender esta novela. Enmarcó lo que para él es la “Comarca del Quijote”, el hábitat cercano a don Quijote y Sancho donde por unas razones o por otras sus vecinos se conocían entre ellos.

Partió por los lugares nombrados explícitamente en la obra y que tienen esa relación cercana con los personajes: Tembleque, Puerto Lápice, Argamasilla de Alba, Quintanar de la Orden y El Toboso, y Campo de Criptana que, aunque no es nombrada es el único lugar de la Mancha que en la escritura del Quijote tenía construidos y funcionando más de treinta molinos de viento.

Después marcó el antiguo camino de Toledo a Murcia atravesando esta comarca, recordando que es el propio Cervantes quien hace encontrarse en él a unos mercaderes de Toledo que iban a Murcia con don Quijote de vuelta de la venta donde fue armado caballero, la Venta de Manjavacas. Para después relacionar geográficamente la primera aventura del hidalgo con el pastor Andresillo y su amo Haldudo. Hasta ahora solo se vinculaba sus nombres con Quintanar, y Román, marcando en un mapa el lugar exacto de esta aventura, los ha relacionado con el camino real que el rebaño que pastoreaba Andresillo siguió desde Quintanar al encinar junto al camino de Toledo a Murcia o de los Valencianos.

La vereda de Quintanar y el Cordel de los Serranos fueron remarcados en el mapa como la vía pecuaria utilizada con privilegio de paso y pasto para unir aventura con Quintanar, hasta hoy no tenidas en cuenta en los estudios cervantinos, y publicado en su último ensayo Tras los pasos de Rocinante.

Terminó animando a todos los presentes, que llenaban la sala “La Encina” a leer o releer el Quijote despacio, casi meditando casa frase, refrán o sentencia cervantina, tal y como aprendió él con las amas de casa alcazareñas.

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