- ¡Vaya cara de satisfacción que tienes, Puri! Cualquiera diría que traes el buche lleno.
- No seas poligonera, Vani, que ando intentando que no se me pase el arroz.
- Me parto tía, ¡con los septiembres que llevas a la espalda! Tú ya no estás en el mercado por mucho que te maquees. Aunque la mona se vista de seda…
- Te estás pasando, listilla. Estoy hablando del Oryza sativa, esas semillas comestibles de la familia de las poáceas (gramíneas) que conocemos vulgarmente como arroz y que alimenta a la mayoría de las personas en el mundo mundial. Mientras unos se dedicaban a compran y almacenar papel higiénico durante la pandemia, otros mataban el tiempo poniéndose como cebones cocinando pan, y los menos concebían cosas de provecho para el respetable, como Raúl Tapia e Isa Romero, que hacían sus pinitos cocinando arroz. ¡Hasta tres a la semana! A ver si alguno les salía decente.
- ¡Pobres niños! si es que los tienen, abocados al estreñimiento sin remisión porque a sus progenitores les dio por embutirlos almidón a cascoporro. ¡Qué barbaridad!
- Joder, Vani, eres una analfabestia. El consumo de almidón, polisacárido, está asociado a propiedades antiinflamatorias, fortalece el sistema inmunológico y combate las toxinas. También mejora la tolerancia a la glucosa, lo que lo convierte en un gran aliado en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
- Anonadada me dejas, criatura, a pesar de la cara que se les ha quedado a los chinos. La cuestión es que a mí siempre se me pasa, y no hablo de los novios.
- A eso voy, tía. Todas esas recetas que fueron probando, han quedado plasmadas en un libro precioso para que tod@s podamos hacer arroces con éxito y no morir en el intento.
- ¡Joder, Puri! haber empezado por ahí, que no he conseguido hacer una paellita decente en toda mi existencia, y mira que me gusta.
- En un ambiente distendido, ¡porque mira que la pareja es maja!, en Taller catorce_, presentaron el 3 de octubre el resultado de tanto esfuerzo ante un grupo de entendidos que querían meter cuchara a toda costa en un arroz meloso con langostinos que salió de aquella manera, sobre todo en el que yo participé sin atreverme a hacer nada que no fuera pasar los ingredientes a la que tomó el mando con determinación bajo la supervisión de los autores. Fue una experiencia agradable y divertida, sobre todo, para repetir si la próxima vez cocinan ellos.
- Por eso decía yo lo del buche lleno…
- Lo mejor de todo, conocer a los protas y el libro que me llevé dedicado. De ahora en adelante, los arroces no tienen secretos para mí, porque estos ingenuos comparten todo, desde el tipo de arroz a elegir en cada receta, hasta los truquis personales que les han dado tanto éxito.
- ¡Pero si yo sólo conozco el arroz largo! Ese que no se pasa…
- ¡Ya te digo, tía!, no tienes ni p. idea, pequeño saltamontes. Este finde te voy a deleitar con un Arroz meloso con pato, setas y foie, el próximo con un Arroz seco con secreto ibérico y manzana caramelizada, el siguiente con Arroz caldoso con pulpo y alcachofa, el otro con Arroz seco con bogavante y sepia, y luego otro de Arroz con carabineros y vieiras, y después…
- ¡Para, para, tía! que tengo las papilas salivando como cañerías. ¿Aprendiste todo eso?
- ¡Todo eso viene en el libro; y más! ando intentando meter mano a la Tarta de arroz con leche que dicen que está de muerte… y no me importa dejar la piel en el intento.
- ¡Ay, Puri! Que no sé si aguanto hasta el fin de semana para jartarme de todo eso que me vas a hacer.
- Aguanta, pequeño saltamontes, que voy comprando los ingredientes para tenerlo todo listo mientras sigo estudiando el libro de Isabel Romero y Raúl Tapia, “Que no se te pase el arroz”, publicado por Oberon. ¡Ahí lo dejo!