La ruta comenzó en el 23 de la calle Sagasta, la tercera de las sedes de El Caso, el medio donde Landi brilló como redactora durante 25 años. Desde la planta tercera izquierda, Margarita cubrió numerosos sucesos que marcaron la historia de la prensa española. De la época, pudimos contemplar el precioso ascensor de hierro forjado y bronce, que aún se mantiene. En la sexta planta vivío muchos años el directo de la revista Eugenio Suárez.
A tan solo unos metros, el recorrido nos llevó a Covarrubias, 1, en cuya primera planta El Caso tuvo otra de sus sedes donde compartían espacio con revistas como Sábado Grafico y la revista de humor El Cocodrilo Leopoldo. Tal y como comentaron los guías de excepción, allí los redactores compartieron espacio con el cocodrilo Leopoldo, que llegó a la redacción tras ser devuelto por la señora que resultó agraciada con la cría de tan curiosa mascota en un sorteo en una cena benéfica. Leopoldo, que creció en medio de la actividad periodística y pasaba su vida sobre todo en el baño, bebiendo, fue finalmente llevado al zoo en 1984.
Desde Covarrubias nos dirigimos al antiguo quiosco de la plaza de Santa Bárbara, actualmente ocupado por una librería. Allí tuvo lugar el asesinato de su regente, un joven de aire yeyé. Al enterarse, dado que el establecimiento se encontraba muy cerca de la sede de su medio, Landi corrió hacia allá para cubrir el suceso. El dependiente de la librería de lance vendía bajo cuerda películas pornográfica danesas al precio de 15.000 pesetas. El crimen nunca fue resuelto.
Al acabar la ruta, periodistas, familia y autores tuvieron la oportunidad de conversar sobre la vida y legado de Margarita Landi. Todo un homenaje a quien fue, sin duda, una mujer valiente en pro del periodismo y de la verdad.
Por la tarde, en Fnac Callao, los autores y Macarena Torres, una de las dos nietas de Margarita, presentaron el libro. Velasco y Ventosa contaron cómo nació la idea y la importante labor de investigación realizada fatigando revistas y libros y consultando abundante información de la Hemeroteca Municipal de Madrid y la Biblioteca Nacional. También destacaron la importancia de haber contado la colaboración de la familia de Landi. Declararon su admiración absoluta hacia la biografiada y abrieron el apetito por la lectura del libro a todos los asistentes.