No hay distancia en este pasado donde nuestras madres y abuelas oían, y cantaban, las zarzuelas más reconocibles y famosas. Y eran muchas. Formaban parte de su cotidiano vivir diario y no tenían reparos a que se les escuchase cantar a través de las ventanas abiertas mientras hacían la comida o arreglaban la casa, porque así era.
Y digo que no hay distancia entre ayer y hoy en la zarzuela porque, aunque el género haya caído en sus producciones, no dejan de realizarse a lo largo de todo el año, aunque hay épocas donde proliferan más aquellos antiguos montajes. La Navidad, y el verano. Y así debe ser para que no se pierda esta forma de espectáculo tan nuestro, tan de todos. Interesa de cualquier forma. A algunos porque añoran y se saben las canciones y los argumentos y a otros porque es una forma de descubrimiento nuevo en sus libretos, sus músicas, su casticismo.
Eso pasa con Cállate, corazón, que es un compendio de numerosas canciones de diferentes zarzuelas exitosas, pero no cosidas como si fueran retales, sino con un argumento donde a los personajes les van sucediendo, sobre todo, cuestiones emocionales, de relaciones personales, del pasado, de sueños, y hasta de envidias y amores.
Con dirección de Susana Gómez el espectáculo se desarrolla con el ritmo adecuado para intercalar los números de zarzuela con los propios diálogos de la trama, en una evocación a aquellas cintas cinematográficas de comedias musicales donde conviven sin alteraciones la interpretación cantada y la propiamente dramática.
Acompañan en esta buena puesta en escena el director musical Miguel Huertas al piano, complementando con violoncello, flauta y batería. En el cometido de voces magníficas y desarrollo de la historia están Milagros Martín alternando con María Rodríguez, Ángel Walter/Polo Falcón, Álvaro Lara/Paco Sánchez/Ricardo Calderón, Ruth González/Rebeca Cardiel y Enrique Sánchez/John Heath. Es decir, solvencia por los cuatro costados.
Y los números con los que podemos deleitarnos son, entre otros, fragmentos de La Chulapona, La Gran Vía, La Revoltosa, La verbena de la Paloma, Los claveles, La tabernera del puerto, Las Leandras, Marina, Me llaman la Presumida, La del manojo de rosas, o Luisa Fernanda…
Argumento entre onírico y realidad, tampoco falta el humor, la nostalgia, las intrigas humanas entre gente de la farándula.
Consiguen que no se olvide este género trayéndolo de una forma original acortando las distancias entre pasado y actualidad, con buena música en directo e interpretaciones sentidas.
Podríamos preguntarnos por la razón de este montaje, pero no es necesario, es una buena oferta, es querer atrapar aquellos viejos tiempos con el descubrimiento de una poética zarzuelera, que también la hay, por supuesto.
Recrear la zarzuela tantas veces sea posible. ¿No se leen los buenos poemas una y otra vez? Pues con este espectáculo es una manera de recrear y reflejar lo que fue una sociedad pretérita no tan alejada en el tiempo, como hoy pareciera. Solo hay que dejarse atrapar por ella, por la Zarzuela, así con mayúscula.
CÁLLATE, CORAZÓN
Dirección de escena y dramaturgia: Susana Gómez
Dirección musical: Miguel Huertas
Reparto: Milagros Martín/María Rodríguez, Ángel Walter/Polo Falcón, Álvaro Lara/Paco Sánchez/Ricardo Calderón, Ruth González/Rebeca Cardiel y Enrique Sánchez/John Heath
Músicos: Cecilia Serra, Iván Mellén, Irene Celestino
Diseño de escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Diseño de iluminación: Rodrigo Ortega
Diseño de vestuario: Gabriela Salaverri y Mónica Teijeiro
Producción: Come y Calla
Espacio: Teatro Pavón