Se trata, sin duda, de uno de los mejores ajedrecistas de la historia: Anatoly Eugenevich Karpov, nacido en Zlatóust, región de Cheliábinsk (Rusia central) el 23 de mayo de 1951 (73 años), aprendió a jugar al ajedrez con 5 años con su padre Eugene Stepanovich, se perfeccionó en la escuela de Mijail Botvinnik, un genio de la estrategia y de la evaluación posicional.
La escuela de Botvinnik también era una escuela para la vida. Karpov recibió una profunda huella en su personalidad tras su paso por ella. Como él mismo dijo: «Tuve suerte en la vida. Entré en la escuela de Botvinnik. No puedo negar que me aportara un montón de ideas sobre el ajedrez, pero también me aportó una actitud ante la vida. Botvinnik pensaba que un jugador de ajedrez sin educación no podía convertirse en Campeón del Mundo. La educación aporta estabilidad, incluida la estabilidad mental. Siempre me tomé en serio la educación».
Fue el Gran Maestro más joven de Rusia y dio un enorme salto cualitativo bajo la tutela del Gran Maestro Semyon Abramovich Furman. Fue Campeón del Mundo desde 1975 a 1985 y Campeón Mundial versión FIDE desde 1993 a 1999.
Ha sido campeón del mundo por un periodo de 16 años, ganó tres veces el campeonato de Rusia, quedó primero en más de 140 torneos disputados a lo largo de todo el mundo y consiguió once veces el Óscar de Ajedrez. Su impresionante palmarés y su fuerza de juego le ha permitido estar 38 años (entre 1971-2009) en la clasificación de los cien mejores jugadores del mundo.
Anatoly marchó en 1968 a estudiar a la Universidad de Moscú, donde gano su primer torneo universitario, pero enseguida dejó la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad de Moscú y se trasladó a Leningrado (para seguir progresando con Furman), a la Facultad de Economía de la Universidad de esta ciudad, donde estudio Economía y consiguió su Doctorado en Economía. Actualmente es profesor honorífico de la Escuela Superior Internacional de Negocios de Moscú.
Karpov es además un grandísimo aficionado a la filatelia, colecciona sellos desde los 13 años y hay quien dice que es uno de los tres mayores coleccionistas del mundo, he leído que su colección de sellos está valorada en más de un millón y medio de euros.
En 1987 y mientras disputaban en Sevilla el campeonato del mundo de ajedrez Anatoly Karpov y Gari Kasparov, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan tuvo la idea de traer a Alcázar de San Juan a uno de los dos mejores ajedrecistas del mundo con el objeto de que disputase una serie de partidas simultáneas contra los aficionados de la ciudad que se atreviesen a ello. Siendo alcalde Anastasio López Ramírez y gracias a las gestiones de la Concejalía de Cultura con Ángel Montealegre a la cabeza y con la intermediación del empresario toledano Miguel Sánchez-Infante Padilla, se contactó con Karpov que finalmente se clasificó subcampeón del mundo y gracias a su amabilidad y buena disposición, pudo venir a nuestra ciudad.
Pero fundamentalmente vino a Alcázar porque tenía un interés especial en la Mancha ya que fue la persona que cerró el ciclo de amistad en un grupo hispano-ruso que ya funcionaba para asuntos cinematográficos.
Él fue quien favoreció el contacto de Sánchez-Infante con el cineasta ruso Rezo Chjeídze, quien se desplazó a España a rodar una ambiciosa serie de casi doce horas de duración para la Radiotelevisión de la URSS, basada en la novela de Cervantes, Don Quijote de La Mancha, titulada “La vida de Don Quijote y Sancho Panza” (Tskhovreba Don Kikhotisa da Sancho Panchosi -1988-) que rodó en exteriores de Tomelloso, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Argamasilla, Ruidera o el Corral de Comedias de Almagro, incluso en algunas calles de Madrid y las ciudades de Bilbao o Toledo, como un guiño a quienes colaboraron y financiaron la serie en la que también participó Euskal Telebista, así como la empresa de Miguel Sánchez-Infante, Procint, que financió el viaje y la estancia del personal de rodaje y elenco de actores en España y en la que como curiosidad intervino Paloma Botín en el papel de Dorotea.
El miércoles 12 de octubre de 1988, Anatoly Karpov llegó a Alcázar de San Juan sobre las 12 horas, acompañado por el presidente de la Federación Española de Ajedrez, Román Torán, así como por Miguel Sánchez-Infante encargado de promoción y marketing de la Federación. Fueron recibidos por el alcalde de la ciudad Anastasio López, por el concejal de cultura Ángel Montealegre y por Juan Garrido concejal de deportes.
Estuvieron también presentes Pedro Carbayo y Nereo Tejera, como representantes de la sección de ajedrez del patronato Municipal de Deportes de Alcázar de San Juan. En esta visita, el alcalde de Alcázar de San Juan obsequió a Anatoly Karpov dos figuras de madera una de don Quijote y otra de su escudero Sancho Panza.
Con su visita demostró la solidaridad para con el pueblo alcazareño tras haber sufrido una fortísima tormenta de granizo apenas unos días antes, el 30 de septiembre.
Su llegada se produjo exenta de boato, tal como es él, una persona sencilla que se dedica a jugar al ajedrez y a ser solidario cuando corresponde, conviene recordar aquí que de la bolsa del Torneo de Londres 1986 (de revancha por el título Mundial), tanto él como Kasparov, donaron 650.000 dólares a los damnificados por el accidente de la central nuclear de Chernóbil.
La sesión de simultáneas de celebró en el Hotel Barataria donde se formó un rectángulo con las mesas de los retadores, situados sentados tras sus tableros y trebejos, desde cuyo interior el campeón se iba desplazando de un tablero a otro respondiendo a cada jugada de sus contrincantes. Durante casi cuatro horas, Karpov recorrió de forma sucesiva los 32 tableros (cifra superior a la que habitualmente acepta), cuyos rivales habían sido elegidos -según la prensa de la época- al azar, por la sección de ajedrez local.
Muchos jugadores comenzaron a eliminarse a partir de las jugadas 20-22 antes de recibir jaque mate.
Cincuenta jugadas fueron las que le resistió el último de los participantes en abandonar la contienda, el joven jugador Pío Jesús García, de Socuéllamos, con 10 años y campeón provincial infantil de Ciudad Real, quien se lamentaba de haber sufrido la pérdida de un peón desde el comienzo de la partida lo que le hizo arrastrar una desventaja suficiente como para hacerle perder la partida.
Tres participantes consiguieron la hazaña de lograr unas tablas frente al campeón: Pedro Brunner, que ofreció tablas a Karpov y tras examinar la partida las aceptó. Pedro Camacho que, tras una clara superioridad blanca al inicio, consiguió un final más favorable para las negras, dando así por buenas el campeón ruso unas tablas. Y Manuel Rayo Gutiérrez de Puertollano, campeón juvenil de Castilla-La Mancha, que considero que Karpov le dejó jugar sin apretarle demasiado y que fue consciente de haberse enfrentado a todo un subcampeón del mundo y uno de los mejores ajedrecistas de la historia.
La única mujer que tomó parte de las simultáneas fue Marta García Castellanos, de 10 años, que aguantó en su silla hasta casi el final, pero también con resultado adverso y que reconoció ponerse excesivamente nerviosa cada vez que le tocaba mover. No en vano se enfrentó a un jugador excepcional que imponía con su sola presencia y eso sin mirar su palmarés… Por tanto, el resultado final de las partidas simultáneas en Alcázar fue de +29 -0 =3 para Anatoly E. Karpov.
No me gustaría pasar por alto mi felicitación a Betsabé Alhambra por el sensacional relato que hizo de este extraordinario evento deportivo publicado en el diario Lanza.
Y vaya mi agradecimiento especial a Manuel Galindo de Campo de Criptana, antiguo profesor y propietario de la Óptica Galindo, reconocido jugador de ajedrez, por facilitarme fotos del evento, a través de nuestro amigo común Eduardo López Rodríguez, arbitro internacional y organizador de torneos de ajedrez, que además conoce personalmente a “Tolia” por haberle arbitrado en diferentes torneos.
Para que nos podamos hacer una idea de la enorme competitividad de Karpov, basta señalar un hecho ocurrido en fecha mucho más reciente y publicado en la Revista de ajedrez especializada “Peón de Rey”, donde en el número “Homenaje a Karpov”, figura un artículo de su redactor jefe, Jorge I. Aguadero Casado, que refiere lo siguiente:
“Les compartiré una confidencia: en el bar del museo, conversando titulados internacionales que no quisieron perderse el evento, se oyó el comentario “(…) es increíble que Anatoli, que ha dado tantísimas simultaneas en su vida, dedique tanto tiempo a cada jugada frente a aficionados. Cualquiera iría mucho más rápido”. A lo que un fuerte gran maestro respondió admirado: “Es lo que tienen los tipos duros. Tolia no juega; protege su legado”.
Esta anécdota corresponde a la celebración de unas simultáneas disputadas contra 19 oponentes -muchos de ellos federados y de buen nivel-, con motivo de una de las actividades de El Llobregat Open Chess Tournament, en el Museo Marítimo de Barcelona el 7 de diciembre de 2021, estando el maestro a punto de cumplir los 70 años, en las que obtuvo un resultado favorable de +19 -0 =4.
De ahí lo importante que es para cualquier oponente arrancarle unas tablas al genio y muy pocos pueden decir que han igualado en una partida contra él.
Apenas transcurridos 9 meses de su primera visita a Alcázar de San Juan, el martes 4 de julio de 1989, Anatoly Karpov volvió de nuevo a nuestra ciudad, esta vez al frente de una delegación del Foro Soviético de la Paz, organización social de la que era el presidente.
Esta entidad, cuyos objetivos eran impulsar la diplomacia popular, impulsar los contactos amistosos entre personas, especialmente el intercambio entre jóvenes y niños. Muy ambiciosos sus objetivos para disponer de medios reducidos, así como sus aspiraciones: “la tarea más importante del Fondo Soviético de la Paz consiste en fortalecer la paz, construir un sistema global de seguridad internacional, crear premisas políticas y morales para la supervivencia de la humanidad y resolver los problemas mundiales dando prioridad a los valores universales” … ¡Casi nada al aparato!
Una buena cartera de objetivos para conseguir apoyos económicos y colaboraciones institucionales.
El propio Karpov bromeó sobre su vuelta a Alcázar de San Juan y su gusto por esta comarca diciendo que «la última vez había venido solo y ahora había vuelto acompañado con más gente».
De nuevo, el grupo de Sánchez-Infante fue el encargado de coordinar a Alcázar de San Juan, la visita del Fondo Soviético de la Paz, en su primer viaje a España y tras visitar los Ayuntamientos de Toledo y Madrid (donde fueron recibidos por el alcalde Rodríguez Sahagún) y la Asamblea de Madrid donde los recibió su presidenta María Rosa Posada.
La delegación rusa la formaban diecisiete personas entre las que se encontraba el propio ajedrecista.
En la recepción en el Ayuntamiento el alcalde entregó a Anatoly Karpov la medalla de oro de la ciudad de Alcázar de San Juan, distinción que suele entregarse a ministros, altos dignatarios y autoridades que nos visitan.
Una de las curiosidades de esta visita fue que se pudo ver vestido con un traje regional ruso al alcalde de Alcázar de San Juan, Anastasio López Ramírez, que en un gesto de cortesía con los visitantes lo lució durante unos minutos en el acto de confraternización que ambas delegaciones, rusa y alcazareña, celebraron en el restaurante Barataria.
Pero el verdadero motivo de la visita fue la investidura de Anatoly Karpov como Escudero de la Orden de los Sanchos, también conocida por la orden de Sancho Panza.
Este evento, tuvo lugar en la silla de la Platera donde con el protocolo habitual diseñado para este acto, ataviado con el blusón, la faja roja y las alforjas colgadas de su hombro, pasó a formar parte de esta universal cofradía a la que pertenecen numerosas personas ilustres y famosas de aquel tiempo, tanto españolas como extranjeras, como es el caso del ex campeón del mundo de ajedrez, Anatoly Karpov.
La conocida y afamada Orden de los Sanchos, trabajó incansablemente para difundir el nombre de Alcázar de San Juan por el mundo y para situarnos en el circuito mundial del turismo, especialmente el que tenía como destino la Mancha.
Innumerables personalidades de la cultura, la política, la empresa, las artes o el deporte, pasaron por la silla de Sancho y ataviados con el blusón y la faja contribuyeron a prestigiar el nombre de nuestra ciudad a lo largo de España y países de Europa y América.
Aquella extraordinaria sesión de simultáneas, jugada en Alcázar de San Juan el día de la Hispanidad de 1988, marcó una época y persistió en la memoria de quienes asistieron a su desarrollo y sobre todo en el recuerdo de todos los jugadores que tomaron parte en ella.
Una prueba de ello son estas tres noticias de las que se hicieron eco los medios de comunicación y que ahora les contamos:
Del puertollanense Manuel Rayo, publica Lanza el 22/10/1988, una semana después de haber entablado con Karpov, una pequeña entrevista donde alaba el espíritu tranquilo, equilibrado y educado de Karpov y lo considera el mejor del mundo a pesar de ser el subcampeón, manifestando no aprobar los desplantes que son habituales en Kasparov cuando pierde una partida. En ese momento Manuel Rayo era campeón juvenil de Castilla-La Mancha y tercero absoluto de la provincia de Ciudad Real.
También el Eco de la Mancha, en su edición del 31 de marzo de 1989, recoge la noticia de que Manuel Rayo Gutiérrez, revalidó el titulo provincial de ajedrez en categoría juvenil (para menores de 20 años), del que con 15 años salió vencedor por tercer año consecutivo. La noticia informa que es también el actual campeón de Castilla-La Mancha de la categoría. El campeonato se disputó a seis rondas por el sistema suizo y rememora entre sus principales logros las tablas que le arrancó a Karpov en Alcázar de San Juan.
El mismo artículo refleja la segunda posición de Pío Jesús García de 11 años, que en 1988 (año anterior) consiguió el campeonato provincial infantil y que también había jugado en Alcázar contra Karpov, aunque con peor suerte que Manuel Rayo, de todas formas, aguantó más de cuatro horas al subcampeón del mundo siendo el último en levantarse de su tablero jugando contra el ruso.
Por otra parte, en el diario Lanza del 28 de febrero de 1991 (casi 3 años después) se recoge una foto de Manuel Rayo en la que se recuerda su enfrentamiento con Karpov en 1988.
En esta noticia además de la foto de las simultáneas se recoge que, junto con su paisano de Puertollano, Aurelio Clemente, encabezan tras la segunda jornada, el torneo que se juega para el campeonato absoluto provincial que tuvo lugar en Socuéllamos y en el que también tomó parte otro contrincante de Karpov, Pío Jesús García.
Y como decía Cervantes: «-Con todo eso te hago saber, hermano Panza -replicó don Quijote-, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma». (Q I, 15)
Lo que quiere decir, que no hay recuerdo que no sea borrado por el tiempo ni pena que la muerte no finalice, por eso, pretendemos que las dos visitas que Karpov hizo a Alcázar de San Juan, en 1989 y 1989 no queden en el olvido y los alcazareños conozcan que uno de los mejores ajedrecistas de nuestra historia, y podríamos decir que uno de los deportistas más míticos (no en balde junto a su sempiterno contrincante Gari Kasparov, protagonizó entre 1984-1990 la rivalidad más grande que se ha producido a lo largo de los tiempos, no sólo en ajedrez, sino en cualquier deporte), también estuvo en la Mancha de don Quijote, conoció nuestra ciudad, comió nuestros duelos y quebrantos y se endulzó con nuestra sabrosa bizcochá.
Que también se fue de aquí investido Escudero de la Orden de los Sanchos, se sentó en el sillón de Sancho Panza en la Platera y se asomó al pozo en que en las noches de luna se podía contemplar la imagen de los Comendadores, respirando el singular y limpio aire de la Mancha, y que en su casa de Moscú, entre sus muchos galardones y premios obtenidos a lo largo de su vida, seguro que contempla con orgullo ese pergamino que atestigua su pertenencia a la Orden de los Sanchos y las fotos de esta jornada le hacen recordar su estancia en Alcázar de San Juan, porque además de ser el Corazón de la Mancha, nuestra ciudad lo distinguió con la medalla de oro y Alcázar tiene la característica de hacerse inolvidable en el corazón de quienes vienen a visitarnos.
Allá donde estés, amigo Tolia, sepas que te recordamos con cariño y que te reconocemos tu enorme categoría como ajedrecista y admiramos tu preparación, tu rigor y tu educada forma de comportarte, virtudes todas que hicieron y siguen haciendo mucho bien por el ajedrez.
Constantino López Sánchez-Tinajero
Alcázar de San Juan, agosto de 2024
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