Lo del mando a distancia no es una ocurrencia, es un homenaje. Acabo de estrenar un mando multidisciplinar que me habla, me contesta y me obedece. No le doy tregua. Lo tengo loco y desquiciado, pero estoy fascinada con él. Para mí es un invento más importante que el microondas o a la freidora de aire. No diré que el frigorífico o a la lavadora. Tampoco hay que exagerar.
Recuerda que antes para cambiar la tele o el DVD te levantabas del sofá. Qué pronto nos olvidamos de lo bueno y nos regodeamos en el infortunio. Estamos tan estresados que no nos da la vida. Menos mal que han llegado las rebajas. Y no me refiero a la renovación del CGPJ (este contubernio va a terminar a tomar por saco) Tampoco me refiero a las rebajas de Zara. Será low cost, pero ya no nos cabe la ropa en los armarios. Yo ahora me voy a gastar la pasta en tecnología punta. Desde lo de mi mando a distancia estoy on fayer con la robótica. He visto en internet unas gafas de sol ligeras y aerodinámicas alucinantes. Tecnología Meta diseño Rayban, con cámara de fotos incorporada, webcam, micro, auriculares, teléfono y spotyfy. Como dicen los youtubers de la IA “me explota la cabeza”. Cien por cien, tío.