ESCENARIOS

LAS OLVIDADAS: Todas las mujeres, siempre las mismas

Las olvidadas
Alberto Morate | Domingo 26 de mayo de 2024

Siempre y nunca, una y todas. Sin saber cuál es el papel que hay que realizar, si se hace bien, regular, si simplemente se acepta.



Y amanece. En cada vida, en cada existencia más bien. Lo malo, lo perjudicial es que no se tiene memoria para recordar esos amaneceres, esas nuevas vidas que se dan al mismo tiempo, paralelamente, y en función de lo que cada una tenga que llevar a cabo.

La memoria ancestral de lo que las mujeres han tenido que soportar, y siguen, reencarnadas solamente en dos, pero podrían ser cientos, legión, infinitas.

Las olvidadas, con texto y dirección de Lara Díez Quintanilla, en producción de La Volcánica, premio MikroAkadèmia en 2019, nos trae a esas dos mujeres, que son muchas más, interpretadas por Leidy Gómez y Carolina Sobisch.

Vuelven, una y otra vez, a convertirse en todas las mujeres, y aunque son distintas, siempre son las mismas. Descubrimos el trabajo, el afán de superación, la resignación, la carga del peso de la familia, la soledad, los silencios, las emociones, la incomprensión, los sueños, el amor o solo las relaciones sexuales, la baja autoestima, el autocastigo, esconderse en los rezos, en las creencias, la esperanza, las ganas de vivir.

Pero ellas temen no acordarse y volver a cometer los mismos errores, y volver a andar por el mismo camino consabido y, también, se ven olvidadas por los demás, al servicio de los demás, siempre enviando mensajes en una botella que no lanzarán nunca al mar.

Las olvidadas en un aparte de la sociedad que las considera necesarias, pero no imprescindibles, cuando es, precisamente, al contrario. Son imprescindibles y siempre necesarias, aunque la sociedad haya dado la espalda a esta verdad de Perogrullo. Y se rebelan. Llevan siglos haciéndolo, pero el tiempo pasa más lento para ellas.

Por eso se reencarnan en diosas cotidianas, en mujeres sin afán de protagonismo, en desconocidas que deben labrarse su propio destino sin pensar en la suerte (mala o buena) que les pueda deparar el acontecer de los hechos acostumbrados y acomodaticios.

Nunca desaparecemos del todo, podemos convertirnos en malvados o poderosos, en santos o anodinos, en vulgares personas que dejan su impronta. Los sueños son la realidad de lo que un día quisimos. La última conciencia es la que marca nuestras decisiones, y hoy somos y mañana también, porque nadie se desprende de sí mismo, y unas y otros somos iguales y aun siendo así, cada ser humano es distinto.

Estas mujeres, Las olvidadas, no pueden salir de su cuadrilátero luminoso, que es como un ring a ras de suelo; en el exterior están todas sus amistades, sus hijos e hijas, sus amantes y sus energúmenas parejas, sus sufrimientos y unas pocas alegrías, el bien y el mal, los muñecos en los que nos convertimos.

Pero ellas siempre están ahí, da igual donde nazcan y cuando, si antes o después, son y están y nunca las hemos visto.

FICHA ARTÍSTICA

LAS OLVIDADAS

Texto y dirección: Lara Díez Quintanilla

Reparto: Leidy Gómez | Carolina Sobisch
Escenografía: Carles Royo
Vestuario: CatouVerdier
Producción: LA VOLCÀNICA

Espacio: Sala Mirador

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