Recorriendo la dilatada historia de España, un país expuesto a vientos culturales desde todos los puntos cardinales debido a su ubicación geográfica en el sureste de Europa. Hacia el sur se encuentra África, a tan solo catorce kilómetros de distancia, mientras que el Mediterráneo trajo consigo las corrientes civilizatorias de fenicios, romanos, cartagineses y bizantinos, y conecta con las tierras árabes de Oriente Próximo.
«La ubicación geográfica de España, en la esquina suroccidente de Europa, la ha expuesto a vientos de los cuatro puntos cardinales, no solo físicos sino también culturales y políticos. A través del estrecho de Gibraltar, a menos de quince kilómetros la separan del continente africano, visible desde las playas de Tarifa, llenas de windsurfistas. El Mediterráneo —una vasta y antiquísima comunidad humana en sí mismo— ha conectado desde antiguo a la Península con la cultura fenicia, la griega, la judía, la cartaginesa y la romana, así como con la árabe y musulmana del Magreb y el Oriente Próximo. . En el norte, los montes Pirineos la anclan en la Europa occidental. Las rutas costeras —atlánticas y mediterráneas— que discurren a ambos lados de esas montañas han permitido desde hace milenios el flujo de especies, mercancías, ideas, culturas y gentes hacia el norte y el sur».
En plena Edad de Bronce, llegaron a España algunos de nuestros primeros "visitantes" procedentes de la estepa rusa. Posteriormente, fueron seguidos por visigodos, árabes, ejércitos napoleónicos y muchos otros invasores y migrantes. Además, vientos y corrientes circulares unieron la península al continente americano, permitiendo que España conquistara y colonizara una gran parte de ese territorio. Como resultado de esta historia, en esta tierra ha surgido una especie de vigor híbrido. A pesar de los intentos por negar esta inevitable heterogeneidad, se ha requerido un esfuerzo sobrehumano para forjar una identidad nacional "pura", pero esto ha demostrado ser imposible de mantener. Entonces, ¿y si esta imposible homogeneidad, este crisol de culturas, fuera el verdadero rasgo distintivo de España?
«Con el país dividido acerca de su historia, su identidad y la cuestión básica de si España es una sola nación o una «nación de naciones», los progresos en esa dirección todavía pueden tardar en llegar. Aun así, existen muchos sueños compartidos por todos los españoles. Una gran mayoría desea que, de alguna forma, las ventanas al mundo que Franco y otros intentaron cerrar sigan abiertas a los «cuatro vientos» de los que hablaba Unamuno. Es cierto que hay quienes desean que el único viento que entre sea el procedente de Europa, pero el entusiasmo por ese proyecto sigue siendo palpable. Para todos aquellos que busquen un nuevo nexo, o incluso un relato nacional compartido y viable, he ahí un buen punto de partida».
Giles Tremlett es periodista e historiador. Es Visiting Fellow de la London School of Economics and Political Science (LSE). Colaborador editorial del diario The Guardian , entre otros medios, ha escrito tres libros de referencia sobre la historia de España, entre ellos Isabel la Católica (Debate, 2017), con el que ganó el Premio Elizabeth Longford a la mejor biografía histórica, y Las Brigadas Internacionales (Debate, 2020). Ambos han sido éxito de ventas en todo el mundo. Actualmente, vive en Madrid con su esposa y sus dos hijos.