Con la llegada de la primavera no solo florecen los almendros y el campo se viste de fiesta, las ganas de disfrutar del sol y de pasear por la ciudad se perciben en cada rincón, parque o terraza. Es el momento ideal para continuar una tradición que se remonta al siglo XVI y que hoy día se ha consolidado en miles de ciudades y pueblos de todo el planeta como uno de los eventos culturales más importantes en los que se reúnen lectores, autores y profesionales de ese vehículo cultural imprescindible para conocer las novedades editoriales, charlar con los escritores y pasar un rato agradable. Hablamos de las Ferias del libro.
Hoy, 21 de abril, hemos recorrido la de Rivas Vaciamadrid, un municipio de la Comunidad de Madrid que cuenta con una población de más de cien mil habitantes y que lleva celebrando su Feria del libro desde hace más de diez años. El día acompañaba y papás y niños se paraban en las casetas con la ilusión de descubrir; algo imprescindible para aprender y vivir plenamente. Nuestro interés estaba especialmente en la caseta 11, de la Editorial Ondina, donde fuimos recibidos con el cariño de siempre por Paco Márquez, editor, y Elena Muñoz, escritora, poeta y editora. Allí firmaban sus libros, entre otros, los periodistas y escritores David Yagüe y Javier Velasco Oliaga su libro escrito a cuatro manos, Entrevistas con historia, a los que después tuvimos la suerte de escuchar en la mesa redonda que se celebró a continuación. El lema era LA NOVELA HISTÓRICA. Cultura para la paz. ¿Puede el conocimiento de la HISTORIA a través de la NOVELA ayudar a comprender los hechos históricos y a trabajar por la PAZ? Moderaba Elena Muñoz y contó también con la erudición del escritor José Guadalajara, presidente de Escritores en Rivas.
Elena quiere situar a los lectores que se acercan a la historia a través de la novela, porque no todo lo que se escribe sobre historia es novela histórica, ni es historiografía ni es historia novelada. Los tres escritores están ávidos de participar y dejar claras sus posturas y la moderadora reparte juego. La primera pregunta es para José Guadalajara, que distingue entre historia y ficción. Afirmó que dependiendo de la “dosis” de historia o ficción nos sale un tipo de novela histórica u otra. Continúa, compartiendo su clasificación personal dentro de la novela histórica: novela de verdad histórica, novela de ficción histórica, novela de recreación histórica y novela de investigación histórica. La historia novelada es historia, con un tratamiento estético a la hora de escribir que no tiene el historiador. La historia novelada no admite ficción, o no debe admitirla, afirma rotundo.
Le toca el turno a David Yagüe, que ha de responder a la pregunta incisiva de Elena: ¿qué tiene que tener una buena novela histórica? El escritor se lanza decidido, afirmando que hay un mal bastante extendido en la novela histórica española, que es que el rigor histórico, que debe estar presente en la novela histórica, está castrando el interés literario, el interés narrativo de muchas ficciones. La obsesión por no cambiar ni una coma de la historia, hace que muchos novelistas no vayan más allá ni den una visión personal, narrativa… La verdad histórica y la verdad literaria son distintas. Una novela histórica tiene que tener una verdad literaria… porque no solo puede contar lo que está en la verdad histórica… () … La historia es nuestra interpretación de nuestro pasado…la novela histórica no es solo eso, tenemos que dar una visión y establecer un puente emocional entre el lector de hoy y el pasado…
Javier Velasco Oliaga, aunque la pregunta no era para él, no puede por menos de intervenir, afirmando que la disquisición entre novela histórica e historia novelada es muy potente. La historia novelada puede llegar a ser aburrida, pero la novela histórica tiene que ir más allá y llega a la intrahistoria, ahondando en lo que supone para este género. De esos personajes secundarios a través de los cuales el autor explica cómo era la sociedad y la vida cotidiana que narra. Abogando por la ficción histórica, la fiction que llaman los anglosajones, personajes ficcionados que están en ese momento histórico.
La novela histórica, igual que el cine histórico tiene un poder maravilloso para descubrir al gran público, épocas, hechos, personajes, pero hay que ser honestos… Cuando te acercas a algo más accesible, no podemos darlo como un hecho histórico, afirma David Yagüe con contundencia.
Hay muchos lectores que quieren historias reales, no quieren que les desdibujen a los personajes históricos, interviene Guadalajara.
Una serie, si te abre el apetito literario para leer otra cosa, ¡es genial! Contesta Oliaga rotundo. Hay que hacer que la gente lea, y si una forma de acercarse a la literatura, es a través de las películas, bien. Los historiadores españoles no tienen el gancho de los británicos, que escriben una historia que es casi una novela… si se escribe historia, es para que se conozcan ciertos acontecimientos que han quedado olvidados… El escritor tiene que disfrutar cuando escribe.
Si no estuvieron allí, lo siento, porque mereció la pena escuchar a tres escritores fantásticos hablado de literatura bajo la batuta de Elena Muñoz, inteligente y divertida. Tal vez el próximo año lo consigan. Si no, estén atentos a las publicaciones que están a punto de salir. De los cuatro. ¡Ahí lo dejo!