Ser homosexual es realizar una travesía con dificultades, en una huida hacia el desierto de la soledad, en muchas ocasiones. Incluso en nuestros días. ¡Qué sería en épocas pretéritas no tan lejanas!
Esperar el momento oportuno para hacerlo público, para entender que a los demás les debería dar igual la condición sexual, emocional, sentimental de cada cual. Pero son muchos años de acarrear el estigma de una miseria social que ponía vetos y barreras.
Y, también, ahora, intentar que, una vez superados esos escollos personales y familiares, no se vea al mundo gay, como casquivano, o doloroso, o ilegal.
Por eso en Historia de un parque de Manuel Nector Yáñez, que también la dirige, se nos presentan tres situaciones, tres hombres, tres personas, que arrastran sus soledades, sus inquietudes, sus miedos, buscando salir del fondo seco de sus soledades, y lo disfrazan con sexo, sí, pero también con humor, con expectativas sobre sus relaciones, con las falsas apariencias que, no son otra cosa, más que intentar enterrar sueños imaginarios y encontrarse alrededor de un banco de un parque de hojas otoñales donde liberen sus propias ansias, sus penas, sus oxitocinas.
El personaje de Ángel (Antonio Nieves) disfraza con humor, desparpajo y verborrea el espejismo de sentirse feliz, a pesar de todo. Se encomienda a santa Bárbara (Streisand) y confía en que, tarde o temprano, se subirá al carruaje de la felicidad sin tener que estar a expensas de desalmados que solo vayan buscando un placer efímero y egoísta.
Algo parecido le ocurre a Jonás, (Córdova Gómez), que va camino de la nada, en un rastro de necesidad de compañía y que, aunque con los pies en el suelo, no dejan de clavársele las espinas de una amargura no definida. Hasta que conoce a Gabi (Omar Zaragoza), saliendo de sus propias nubes grises familiares, siendo aún optimista, hasta que su piel se endurece y se resguarda de esa lluvia que no ha dejado de caerle encima abriéndole los ojos a un mundo hostil, dificultoso, criticado.
Todavía se ponen trabas a los sentimientos afectivos y personales de cada quien, y siguen estando expuestos a agresiones, burlas, terribles injusticias e incomprensiones. Pero hay un anhelo hermoso, el del amor y la compañía, y si el sexo se convierte en necesidad, tampoco hay nada de malo en ello, mientras no se fuercen los sentimientos ni los cuerpos.
Historia de un parque, historia de un callejón sin salida, historia de un abismo, hasta que empiece a ser historia de armarios y ventanas abiertas, historia de amor sin casquilucios, historia de un horizonte abierto donde la travesía sea el placer de la vida misma.
HISTORIA DE UN PARQUE
Dirección, idea original y dramaturgia: Manuel Nector Yañez
Elenco: Antonio Nieves, Córdova Gómez y Omar Zaragoza
Composición Musical: Luis Aracama
Coreografía: Ricardo Cristóbal
Producción: Tarambana espectáculos
Espacio: Teatros Luchana