Esta es una clasificación más o menos ortodoxa de los arquetipos de mujer que molan a la dictadura cultural imperante y que debes seguir a saco si quieres ser respetada. Ni te imagines que la celebración incluye a la mujer tradicional, a la mujer florero o a la mujer objeto (que se confunden pero no son lo mismo). Para un paradigma progresista sería políticamente incorrecto reconocer que existen con los mismos privilegios y derechos.
Dirás que faltan muchas tipologías. Es posible. A mí me falta el club de las mujeres cabreadas y hartas de tanta gilipollez institucional. Estamos hasta los ovarios de que nos digan cómo tenemos que ser y de no poder expresar lo que realmente pensamos ¡Déjennos en paz! que diría el Presidente del CGPJ. Por no hablar de contradicciones flagrantes en los modelos de mujer que protege el establishment. Como Stormy Daniels, la prostituta que ha chantajeado a Donald Trump después de cobrar sus servicios religiosamente (es un decir). Y de lagunas legales de las empoderadas por genealogía y abolengo. No sé dónde meter a Victoria Federica de Marichalar, hija de su padre y de su madre. Con la meritocracia hemos topado, tío. Esto da para mucho, pero me falta espacio y me sobra mala baba.