Pues mira, aquí no se puede ni opinar. Entre aforados estupefactos, investigados, imputados y presuntos implicados, si no hay sentencia firme te tienes que morder la lengua. Se llama seguridad jurídica, colega. Ajo y agua. Y con lo lenta que es la justicia, a ver cómo haces una columna mientras los sospechosos campan a sus anchas.
Esto me pasa por meterme en política. Pero no te creas que la prensa rosa está pa`tirar cohetes. Con Tamara amortizada, las tertulias sobreviven despellejando personajillos de tercera regional. Hasta se nos ha malogrado el rollo Federico-Genoveva. La mejicana esté destrozada. Dos años de amor (Sí, dos años) que se han ido a tomar por saco. Aunque es verdad que la prueba de amor más bestial a Federico de Dinamarca se la dio su parienta, hoy reina consorte. Antes de casarse con él aprendió danés en ¡cinco meses! Una de las lenguas más difíciles del mundo. Ya te digo que eso no lo hace Genoveva ni de coña. Es muy pija y muy dengue. Así está el patio, tío, sequía total. El pelotazo informativo del año (y tal vez del siglo) sigue siendo top secret, aquí no se mueve ni dios. Lo que pasa en Zarzuela se queda en Zarzuela. Y del eje Moncloa-Marrakech, ni te cuento. Eso lo dejamos para una serie de Netflix.