El señor Scrooge es un renegón y, posiblemente, tenga úlcera de estómago. Y se despierta después de haber dormido mal porque no le gusta dormir bien, sería una traición a su espíritu despotricador. Tiene una tienda y un único empleado, demasiado bueno y demasiado pobre, el pobre.
Imagino que ya habréis reconocido los personajes principales de “Cuento de Navidad”, o “canción de Navidad” o Villancico de Charles Dickens. Pero este cuento, que es el mismo cuento es otro cuento, igual, pero distinto, adaptado por Juan Expósito, pero al que reconocemos. Primero, porque hablan en castellano, el mismo idioma que nosotros, porque ocurre en Navidad y porque el protagonista, don Evaristo/Ebenezer, también ve a sus fantasmas del pasado, del presente y del futuro imperfecto de subjuntivo.
Siente el escalofrío de la soledad y de la muerte, siente el egoísmo de su carácter agrio, siente que hay una palabra, que es la ternura, incompatible con lo que él representa. Y lo representa Quique Bonacho, que es un pedazo de pan, pero lo interpreta como si realmente fuera un pedazo de pan… duro.
Juan Expósito también hace varios personajes, Peláez/Bob Cratchit y algún fantasma, pero los encarna con el humor característico de quien pasa penurias y llora a ratos sin que nadie lo vea.
La tercera es Eva Bedmar, que codirige con Juan Expósito este cuento de tradicional relato en estas fechas. También interpreta fantasmas y currutacas de peluche con acento chulapo.
A los espectadores talluditos, que ya nos sabemos la historia, como que también nos emociona. Y a los tiernos infantes de dientes de leche les resulta curioso, aleccionador, divertido, sorprendente, y vigente.
Y es que ver teatro, les hará madurar con la mente abierta y, por inercia, quizás, mañana querrán leer esta historia atemporal y lleven a sus vástagos a ver otras versiones, en la tradición y la creencia popular de que el teatro les ayudará a ser buena gente.
Yo aún recuerdo otra obra de fantasmas que vi con 12 años: Pluft el fantasmita, de María Clara Machado, y con un Pedro Mari Sánchez, un poco más mayor que yo, y al que vi como intérprete, y al que he vuelto a ver recientemente. No se me olvidará nunca, como espero que a estos querubines del siglo XXI y del año 23, casi 24, se les quede grabado este Cuento de Navidad ya en la tradición de la Sala Tarambana, pero siempre como montaje nuevo, siempre en nuestro recuerdo (el pasado), siempre en el ahora, (el presente), siempre en el porvenir para que sea diferente (el futuro) a lo que se espera habitualmente.
Cuento de Navidad, formidable referente siempre en estas fechas.
UN CUENTO DE NAVIDAD
Compañía: Tarambana Teatro
Adaptación de la obra de Charles Dickens: Juan Expósito
Dirección: Eva Bedmar y Juan Expósito
Elenco: Quique Bonacho, Juan Expósito y Eva Bedmar
Voces en off: Nacho Bonacho y Elena López Borrego
Música original: David G. Bonacho
Espacio y Producción: Sala Tarambana Espectáculos