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Ian McEwan presenta su novela autobiográfica “Lecciones”

Ian McEwan (Foto: Annalena McAfee).

“La memoria es algo magnífico, pero nos engaña”

Javier Velasco Oliaga | Sábado 16 de septiembre de 2023

Hasta hace un par de años, Ian McEwan vivía en una céntrica mansión londinense, después se trasladó a la campiña para disfrutar de un merecido descanso, aunque la literatura le sigue ocupando gran parte de su tiempo. Ahora disfruta del campo y de su biblioteca. Alrededor de 2007 se enteró de algo que no había pensado nunca que podía haber ocurrido. Se enteró que tenía un hermanastro, hijo de su madre, fruto de una relación incestuosa durante la Segunda Guerra Mundial. Este libro cuenta eso y otras muchas cosas sobre él que nunca antes había compartido.



“Muchas veces me han preguntado si escribiría mis memorias y siempre había contestado que no. Ahora me he decidido a hacerlo, pero no como un libro de memorias al uso sino como una novela. Me parecía mucho más interesante y entretenido”, nos dice el escritor inglés desde su casa en la campiña inglesa en una rueda de prensa virtual. ¿Novela autobiográfica o autoficción? La línea que las separa es muy sutil, tanto que muchos la confunden.

El protagonista de “Lecciones”, que acaba de publicar la editorial Anagrama, es el niño Roland Baines al que sus padres enviaron a un internado. Allí, lejos del amparo familiar, tomó lecciones de piano con una joven profesora llamada Miriam Cornell, con quien tuvo una experiencia fascinante y traumática a partes iguales, que marcaría su vida para siempre. Los años, sin embargo, han ido pasando: Roland ha viajado, ha vivido en distintos lugares, se ha casado y ha tenido un hijo. Pero cuando su mujer, Alissa Eberhardt, lo abandona sin dar ningún tipo de explicación, los cimientos de su realidad se tambalean, y se ve obligado a reconstruir todos sus recuerdos para tratar de entender lo sucedido.

Desde su infancia en Trípoli, donde su padre militar estaba destinado en el ejército antes de que la familia regresara a Inglaterra, la vida de Roland está marcada por los grandes acontecimientos de los últimos setenta años: la crisis de Suez, los misiles de Cuba, la caída del Muro de Berlín, Chernóbil, el Brexit, la pandemia… Producto de su tiempo, niño de la posguerra, su existencia corre paralela a las convulsiones de la segunda mitad del siglo XX y los inicios del XXI. Primero hijo, luego amante, esposo, padre y abuelo, Baines salta de un trabajo a otro, conoce el sexo, las drogas, la amistad y el fracaso. Y mientras se cuestiona el rumbo que ha ido tomando su vida, lo que sucedió con la profesora sigue persiguiéndolo.

“El tiempo juega con nosotros”

Para Ian McEwan “la memoria es algo magnífico, pero también nos engaña. Es como un calidoscopio. La novela americana se caracteriza por tener un tiempo muy subjetivo. Hay que tener en cuenta que tenemos muchas cosas ancladas en nuestra memoria, pero también en el flujo de la novela. Por ese motivo, he preferido recordar lo vivido en forma de novela. El tiempo juega con nosotros. Recuerdo mejor las cosas que me sucedieron en la adolescencia que lo que me ocurrió hace unos pocos años”.

El autor británico señala que “Lecciones son mis memorias en cierto modo, y parte de mi vida familiar está ahí y, concretamente, el hermano que no sabía que tenía hasta los 52 años. Yo he querido hacer de mis recuerdos una historia más subjetiva, más novelada. También he añadido cosas del panorama mundial que viví y que lanzan una sombra sobre nosotros para poder desplegar este abanico emocional”.

A Ian McEwan le sorprendió conocer que tenía un hermano oculto. “Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos hijos nacieron en circunstancia extrañas y las familias lo descubrieron tiempo después. Esto es el trauma que genera una guerra. Centenares de miles de niños que ahora están empezando a vivir nuevas vidas, tuvieron unos inicios muy extraños. La guerra es una máquina brutal para entrar en muchas vidas”.

El azar es muy importante en nuestras vidas

“Uno llega a un punto de la vida en que reflexionamos sobre nuestra existencia, que miramos de nuevo a nuestra infancia, a nuestra adolescencia. Me preguntaba cosas importantes que están en esta novela. La vida no es una reacción a las decisiones que vamos tomando. El azar es muy importante en nuestras vidas. Si tú padre hubiesen tardado cinco segundos más en hacer el amor, el espermatozoide sería diferente y tú no serías tú. Si unas memorias son estrictamente memorias no son buenas, si lo hacemos novela, damos una dimensión mucho más amplia”, expone el autor británico con lucidez.

“En mi novela, la protagonista Alissa, esa joven alemana, toma una decisión implacable sobre su vida; igual nos parece condenable, pero al final, admiramos a personas que toman unas decisiones así. Puede ser muy cruel para un bebé de siete meses. Hay cierta cobardía porque no somos lo suficientemente valientes para tomar decisiones parecidas”, analiza el autor.

Por McEwan, “la resaca del imperio finalizó con la crisis del canal de Suez. Yo tenía ocho años cuando se produjeron los acontecimientos del canal. Todas las familias de los militares tuvimos que ir a un campo militar para estar protegidos. Entre la tragedia, viví los momentos más mágicos de mi vida. Jugábamos a ser soldados, jugamos a muchas cosas con los militares. Eso conformó mi carácter. Aquello me empujó a ser escritor”.

“Yo solía decir que no me gusta nada eso de escribir feedbacks. Hemos desarrollado formas literarias que nos ayuda a entender que somos otras personas. Para mí, las novelas tienen tentáculos muy largos. Penetrar en las mentes de otras personas es magnífico, esto no lo brinda ni el teatro ni la poesía, sólo la ficción. Creo que la novela ilustra el flujo de la conciencia. Probar ser otra persona y hasta qué punto podemos serlo. Ese mundo social es donde vive Roland Bates, mi protagonista y alter ego”, elucubra el británico.

Para Ian McEwan, “juzgar el pasado con los hechos de hoy es una equivocación. En estos momentos, yo soy totalmente escéptico con la libertad de expresión, hay una recesión en el debate público y en todo lo referente a lo social. Hemos visto como se han quitado libros en los colegios. No se puede controlar la imaginación de otras personas. Sobre los libros, tú puedes opinar en contra, pero no ocultarlos”.

“Uno de los grandes maestros del deseo, en la actualidad, es Philip Roth. Una vez me dijo que tienes que escribir como si tus padres estuvieran muertos. No te preocupes por incomodar a cualquiera. Mi padre tenía una sensación muy ambivalente. Se sentía orgulloso y a la vez muy comedido”, recuerda el autor y añade “en cierta ocasión estuve hablando de esto con Martin Amis. Lo que falta en el pasado cuando hablamos de hombres que escriben sobre contactos sexuales: la consolidación del deseo es una parte muy importante”.

Para finalizar, Ian McEwan nos deja una de sus usuales perlas “la vida es compleja, nunca es ni totalmente blanco o negro. Para mí, sigue siendo un lujo la soledad e Internet nos lo ha quitado. Es muy diferente estar en soledad que estar sólo”.

Ian McEwan ha escrito su novela más larga y acaso la más ambiciosa, en la estela de "Expiación" y otras obras marcadas por la historia y sus mutaciones como Chesil Beach u Operación Dulce. Lecciones es una narración sinuosa sobre un personaje que trata de dar sentido a su vida en un mundo mudable y desconcertante.

Ian McEwan (Aldershot, Reino Unido, 1948) se licenció en Literatura Inglesa en la Universidad de Sussex y es uno de los miembros más destacados de su muy brillante generación. En Anagrama se han publicado sus dos libros de relatos, Primer amor, últimos ritos (Premio Somerset Maugham) y Entre las sábanas, las novelas El placer del viajero, Niños en el tiempo (Premio Whitbread y Premio Fémina), El inocente, Los perros negros, Amor perdurable, Amsterdam (Premio Booker), Expiación (que ha obtenido, entre otros premios, el WH Smith Literary Award, el People’s Booker y el Commonwealth Eurasia), Sábado (Premio James Tait Black), En las nubes, Chesil Beach (National Book Award), Solar (Premio Wodehouse), Operación Dulce, La ley del menor, Cáscara de nuez, Máquinas como yo, La cucaracha y el breve ensayo El espacio de la imaginación. McEwan ha sido galardonado con el Premio Shakespeare.

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