“Las garras del águila” es el título de la nueva entrega de la saga Millennium, el fenómeno editorial que ha atrapado a más de 105 millones de lectores en todo el mundo y que se publicó el pasado otoño con el título de “Havsörnens skrik”, algo así como “El grito de las águilas marinas”. “Llegué a ese título cuando un día estaba caminando por los bosques del norte de Suecia y vi cómo algunas águilas marinas intentaban atrapar unos restos de carne que había dejado un cazador. Las águilas dan un grito profundo cuando van a hacerse a esa carne y eso me dio la idea del título”, nos dice en un aparte la autora sueca Karin Smirnoff en la presentación de su nuevo libro.
La autora es una auténtica superventas en su tierra y ahora en muchos otros países. “Está a punto de ser el número 1 de ventas en el New York Times”, afirma la editora Elena Martínez. Una carrera fulgurante en poco menos de un año y ahora llega a España. Los tres primeros volúmenes de la saga fueron escritos por Stieg Larsson que, por desgracia, no pudo disfrutar de las mieles de su éxito. Después, le sustituyó David Lagercrantz que escribió otras tres entregas. “Para mi gusto un poco aristocrático”, nos dice una de las responsables de la editorial; ahora continua con la serie Karin Smirnoff, fotógrafa y periodista de formación que ha dirigido una pequeña empresa de ebanistería en su país.
“No estudié el estilo literario de Larsson, no creo que sea buena idea copiar el estilo literario de alguien, yo creo que tengo que utilizar mi propio estilo, mis propias habilidades. Para mí, Lisbeth Salander es todavía una heroína porque todavía hace cosas que el resto de las personas no pueden hacer, pero creo que estoy construyendo un personaje más complejo, todos sobre los que escribo son personajes más complejos en general, que tienen más capas, más multidimensionales tal vez, más emocionales”, nos adelanta la autora del norte de Suecia.
"Las garras del águila" es uno de los mayores fenómenos internacionales del año y se publicará en más de 35 países. Ediciones Destino se unirá al lanzamiento mundial desde España y Latinoamérica. Lisbeth Salander vuelve a ser protagonista en una trama que aborda temas como el auge de la extrema derecha, la violencia contra la mujer o la ecología y el greenwashing. En las siguientes entregas tratará los temas de las minas y del petróleo de su país.
Múltiples intereses están en juego en el norte de Suecia: tierras apenas habitadas y ricas en recursos naturales son codiciadas por las multinacionales más poderosas bajo la excusa del ecologismo. La corrupción y el dinero fácil pronto atraen a los grupos criminales más peligrosos. Hacia allí se dirigen Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist por diferentes motivos: los servicios sociales han informado a Salander de que su sobrina adolescente, Svala, necesita un tutor legal tras la desaparición de su madre, y Mikael acude a la boda de su hija con uno de los políticos más influyentes de la región.
El frío norte se convertirá en el escenario en el que Lisbeth Salander, Mikael Blomkvist y la indomable Svala se enfrentarán a una red de corrupción amparada en la explotación de energías renovables y combatan la violencia contra las mujeres, en medio de un ambiente político en el que asciende imparable la ultraderecha. Salander se hará cargo de su indómita sobrina, pero sólo hasta que encuentre a su madre. “No quiere que Svala se convierta en todo lo que ella ha sido”, nos dice la editora Elena Ramírez.
“La creación de un personaje nuevo, Svala, de la que Lisbeth Salander se tendrá que hacer cargo, la fiebre verde, el gran negocio de la ecología, los bosques del norte de Suecia o el pueblo sami son los grandes temas de mi novela. Me gusta que las obras de entretenimiento traten temas ecologistas y de interés humano”, cuenta la autora en la presentación de su libro en La Cabaña Marconi, un restaurante de sabor sueco en Alcobendas.
Karin Smirnoff reconoce que “no soy una escritora de novela negra, aunque mis novelas tiene un punto de suspense. Creo que la familia de Stieg Larsson optó por mi porque soy de la misma zona de Suecia que él. Además, Stieg era una persona muy conocedora del feminismo. No tuvo la facultad de predecir lo que iba ocurrir, pero se acercó bastante, desde que él escribió sus libros, ha habido muchos cambios positivos para las mujeres, se nota sobre todo en la educación. La violencia contra las mujeres eran uno de los temas que le gustaba tratar y creo que las mujeres han avanzado mucho hasta llegar a decir: se acabó”.
Mientras no dejemos de necesitar tanto, no podremos avanzar por el camino de la biodiversidad
“Creo que hay diferencia en la manera que una mujer aborda este tema a como lo hacen los hombres. Ahora tenemos una nueva forma de igualdad, pero se trata de diferente manera la violencia entre el hombre y la mujer. Sigue habiendo una lucha de poder contra la violencia que se ejerce sobre las mujeres. Lamentablemente, seguimos teniendo menos poder. A mí, me gusta ver cómo reaccionan mis personajes, sobre todo en el caso de esa violencia femenina”, reflexiona la autora sueca.
Karin Smirnoff ha trabajado en diferentes empleos. “Me aburro con facilidad por eso voy cambiando de actividad, así que cuando mis hijos se fueron de casa, hice un curso universitario de taller de escritura creativa y me convertí en escritora, ocupación que me encanta”, asevera.
“Todos tenemos una idea de cómo era Lisbeth Salander, hacker, violenta. Lo que yo percibía de ella era que era demasiado héroe, Más adulta, más mujer y más una persona normal. Menos sola y más conectada”, señala y agrega que, cuando se une a Mikael Blomkvist luchan porque la ecología sea cada día más limpia. “No nos gusta que tengan que cambiar de lugar los habitantes de aquellas tierras, el pueblo sami. En muchas ocasiones, las empresas que dicen defender las energías verdes, nos están mintiendo y lo que quieren es conseguir más beneficios. Hay mucha hipocresía verde, tenemos que entender que debemos pagar un alto precio para conseguir esas energías. Estas empresas trabajan con políticos y a éstos les gusta ponerse medallas. El norte de Suecia es muy rico, tenemos empleo, industrias, pero nos mienten diciendo que van a proporcionar más empleo. Mientras no dejemos de necesitar tanto, no podremos avanzar por el camino de la biodiversidad”, concluye la autora.
“Estamos destruyendo la naturaleza, somos autodestructivos y somos unos guarros. No nos damos cuenta de que lo mejor son las cosas gratuitas: la amistad, las vistas del campo, los monumentos, etc.”, añadió señalando que está muy preocupada por el auge de la extrema derecha. Todos los extremos son peligrosos”.